Capítulo 10 - Ora(l) et Labora: Introducción al sexo oral cienorgasmológico.

Iba a decir que para no herir la sutil sensibilidad de los sesólogos en este capítulo, voy a hablar del cunnilingus, pero haciendo caso de sus exhortos a la corrección lingüística, resulta imposible. ¿Por qué?

Porque si cunnilingus significa enredar en el conejo ;-) (cunni) con la lengua (lingus), no estoy siendo preciso. ¿Que cómo es eso?

Pues muy sencillo, porque centrarse en enredar en tan delicioso recoveco femenino con el paquete muscular lingual es tan limitante de cara a la satisfacción como concebir la sexualidad sin la Cienorgasmología. En otras palabras, que si te crees que vas a hacer maravillas en tu mujer utilizando tu lengua, vas aviado. Harás cosas más o menos buenas, pero en ningún caso podrás acercarte a la perfección cualitativa y cuantitativa que propicia la Cienorgasmología. El concepto sexo oral es bastante más adecuado, pero está igualmente teñido de excesos lingüísticos por el erróneo cunnilingus.





No está de más empezar por recordar que el fundamento fundamental de la Cienorgasmología no es el dominio del cuerpo —de hecho basta con manejar una simple postureja: cienorgásana— sino de la mente, pues de ella emana todo arte, ciencia y técnica; y que es únicamente a través de la maestría en su dominio como el director puede hacer que una orquesta suene a música celestial como dirigida por Karajan (Ya saben los lectores más antiguos que me entusiasma Inma Shara, pero como es tía —¡pero qué tía en todos los sentidos!— no nos sirve de ejemplo), o por el contrario como la pretenciosa fanfarria callejera de los gerontócratas estómagos agradecidos de la PAZ.

Si ya has logrado atrapar la mente de tu reina con toques físicos y verbales de todo tipo, te será más fácil hacerle treinta orgasmos en diez minutos aplicando tu boca a sus áreas entreperniles. Sí, sí has leído bien, aunque me refiero a cifras récord, con el sexo oral cienorgasmológico conseguirás hacerle orgasmos aún más rápidamente que con la cola. Recordemos también por importante, que como en el caso de la OPA nazionalsocialista a la Endesa de Pizarro, el opado tiene “el deber de pasividad”, o sea, que ya que te van a joder, déjate, cállate, relájate y disfruta, que es mejor. Mujer, a dejarte hacer.

En el caso del lavado de bajos, es preciso tener en cuenta especialmente una de las técnicas más eficaces para atrapar la mente de tu mujer: los silencios... las pausas... la atención... la percepción... la escucha. Estamos acostumbrados a ver en las pelis marranas a tíos y titis mover frenéticamente la lengua sobre el clítoris, como si se tratase de una competición de a ver quién la saca más y la mueve más rápido y ello nos induce a un grave error, porque lo que menos hay que usar es precisamente la sinhueso. Recordad que con las pausas se rompen las dinámicas mentales raca-raca-raca de la mujer que nos llevan a aburrirnos (ambos) mortalmente, sufrir calambres linguales (aunque como gran parte de los músculos que mueven la lengua están en la quijada, contribuye a eliminar la papada, que todo tiene su parte positiva) y a que finalmente nuestra señora nos reclame para tareas con más contacto, especialmente si hace frío. Porque evidentemente el sexo oral es más agradable en verano, con calorcito, para poder destaparnos sin miedo al resfriado y poder respirar aire libre sin asfixiarnos debajo del edredón.


Así, para resumir esta introducción al sexo oral cienorgasmológico, recuerda:

- Llámale al asunto como te de la real gana en cada momento: comerle el chirri, la almeja y demás moluscos bivalvos como el mejillón, la chirla y la concha (especialmente nuestros queridos hermanos hispanoamericanos, exceptuando los gorila rojo’s boys, que serán hermanos de Satanás, pero no míos), lavarle los bajos, etc. y déjate de lenguajes política y sesológicamente correctos.
- Olvídate al máximo de la lengua (pero defiende el español). Úsala sólo como uno más de los instrumentos que manejas, pero ni mucho menos el principal.
- Transfiere a esta práctica tu maestría de los ritmos, las pausas, las intensidades... Es lo más importante para hacer un buen trabajo oral.
- Adopta la intención correcta: si lo que pretendes es mover la lengua como un pornstar te olvidas de la intención adecuada, que no es otra que hacerle un montón de orgasmos estupendos a tu mujer.
- En los días en los que estés desganado, esta habilidad puede servirte para que tu reina se quede la mar de satisfecha en diez minutos y te deje dormir triunfante cual torero sacado a hombros por la puerta grande... o para ponerte burro e incitarte a rematar la faena con unos buenos capotazos.




2 comentarios:

  1. Anónimo9:00

    Vale,esta es la introducción...creo que es bastante evidente...pero me encanta jajajajaja.

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  2. Muy buenoooo!!!!!!!!!!!!!!!!!!

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