Cómo acelerar la llegada del orgasmo femenino

Ésta es una nueva entrada de la serie "Manual de Cienorgasmología", pero en realidad no es más que un detalle más, no vaya a creer alguno que con leerla ya se va a convertir en cienorgasmólogo y su mujer en cienorgásmica. Podría darse el caso, pero seguramente habría más frustraciones y abandono por parte del varón de la práctica que éxitos. No nos arriesguemos, porque tenemos muchísmo que perder.

Hacer un orgasmo a una mujer puede constituir el fruto de una repetición mecánico-instintiva, o un arte. Y como la Cienorgasmología, además de ciencia y técnica, es un arte, una búsqueda incesante de la perfección, en esta entrada puliremos un detalle específico del que hemos hablado en otras ocasiones, pero nunca con la atención que vamos a dedicarle ahora a un detalle concreto.

Esta característica de la que vamos a tratar, puede observarse y entrenarse quizá de la forma óptima durante el sexo oral, pero también puede lograrse durante la relación sexual con penetración normal, aunque es más difícil. Es más fácil ser preciso con la lengua y la boca que con la pelvis y el chiflo, así que hoy nos referiremos a aquellas, porque dominándolas es más fácil que podamos lograrlo también con la cola.

 

LA CLAVE: EL ESTRIBILLO

Casi cualquier canción tiene estribillo, una reiteración, una muletilla, de modo que para explicar esta entrada vamos a apoyarnos en los musicales capítulos cinco y siete del manual, más que en los relativos al sexo oral. En ellos se explica que, en la sexualidad evolutiva, el varón es el director de orquesta (aunque pueda tomarse algún descanso) y la mujer, la orquesta del director. De la habilidad del director para usar su "batuta" (que en realidad es la mente; la minga sólo es un instrumento) para sacar de la orquesta las notas más sublimes, depende el éxito del concierto sexual cienorgasmológico.

Una vez dejado claro esto, vayamos a la técnica del estribillo: El varón tiene que usar su lengua y su boca para provocar reacciones en la mujer, si es posible segundo a segundo, aunque es difícil alcanzar ese grado de maestría (lo digo porque lo he vivido, yo ya no tengo la maestría de antes -ni sofá en "L"-, y me ha costado casi un año llegar al 8 sobre 10). (Desde menos 5). Hoy  mismo (además de nuestro tercer orgasmo con un pezón), por ejemplo, he hecho a mi partner favorita, con manipulaciones orales, un orgasmo modulado por mí de más de cinco minutos que ha arrancado en menos de un minuto desde que comenzó la faena. Pero no vamos a hablar del intraorgasmo, porque de eso ya hemos hablado mucho y hablaremos en otras ocasiones, sino del pre orgasmo.

 

¿Qué tenemos que hacer para acelerar la llegada del orgasmo?

Primero aplicar el instrumento que vayamos a utilizar con consciencia plena, sin automatismos de ningún tipo, de forma que cada movimiento tenga una intención concreta, de provocar una reacción concreta. Así, cada milímetro de movimiento, cada miligramo de presión, debe tener una intención... y una reacción.

 

¿Qué intención?

La de buscar el punto y el movimiento que provoque que nuestra mujer nos transmita el dato de que le ha gustado muchísimo. Cuidado, que a veces el mensaje llega con retraso o confuso y puede inducirnos a error. Si conoces bien a tu mujer te será más fácil, pero si es nueva, la cosa se complica.

 

¿Cómo hacerlo?

Una vez descubierto el punto, el área, o los puntos o las áreas, la presión y velocidad adecuadas, un torpe sexual se liaría a dar lengüetadas allí hasta que por pura saturación de las terminales nerviosas y porque la mujer ya, de tan aburrida se abandona (que ya sabemos que es lo ideal para convertirse en cienorgasmólogos) y sobreviene el orgasmo, al azar o por alguna regla fisiológica. Pero un cienorgasmólogo sabe que debe evitar la repetición mecánica, que debe buscar el detalle, la sensibilidad, el arte; más la calidad que la cantidad.

Entonces, entona el estribillo, pero no permite que la mujer se aburra de él. El varón ya ha conseguido lo que quería, así que se hace el duro (en realidad muestra inteligencia), explora otra área (del chirri femenino, obviamente) de menor sensibilidad o de forma que el nivel de placer que provoque conscientemente sea menor que en la zona del estribillo, lo que provoca en ella una mezcla de aburrimiento y ansiedad. Entonces el director vuelve -conscientemente, deliberadamente, ex profeso- al estribillo, para deleite de la mujer. Ésta secuencia, repetida hábilmente cuatro o cinco veces, permitirá que ella piense que la siguiente ocasión que interpretes el estribillo vas a volver a dejar el área y/o técnica del estribillo para volver a explorar otras zonas, algo que a estas alturas le resultará relativamente molesto, obviamente. Momento que nosotros aprovecharemos para sorprenderla continuando, aumentando intensidad y velocidad si fuera necesario. El orgasmo así planificado puede desencadenarse en un tiempo brevísimo, alrededor del minuto de comenzar el trabajito oral.

 

 

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