El "curioso" efecto del calor sobre el sexo en pareja
La sexualidad a los cincuenta años (1)
¿Qué buscas cuando buscas marido o mujer?
El conocimiento implícito y explícito en la sexualidad 2ª parte
Decíamos en la entrada anterior y en la anterior que uno de los principales problemas a los que se enfrenta un ciernogasmólogo a la hora de lograr provocar cien orgasmos por hora a su mujer es la ausencia de feedback. Sin información o con información confusa proveniente de su mujer uno no puede manejar adecuadamente los instrumentos de la orquesta femenina, algo parecido a si un director de orquesta ejecutara su trabajo con tapones en los oídos o escuchando heavymetal a través de unos auriculares. ¿Cómo sabría si está dirigiendo bien?
El conocimiento implícito y explícito en la sexualidad 1ª parte
La mayoría de las personas, si no todas, disponemos de conocimientos implícitos, y un ejemplo simple es llevarnos la cuchara a la boca cuando comemos sopa. A nadie se le ocurre abrir la boca para recibir una cucharada antes de tragar la precedente, por razones que sobra explicar. El momento de abrir la boca para la siguiente cucharada no es un conocimiento explícito, no pensamos en cuándo lo hacemos, probablemente nunca en nuestra vida adulta habremos puesto atención en ello, simplemente lo hacemos, lo que lo convierte en conocimiento implícito, automatismo sin intervención de la consciencia.
¿Es posible hacer que una mujer tenga cien orgasmos en una hora?
Parece increíble, es cierto, una bravuconada, sobre todo para los que presumen de una sexualidad excelente y los adictos a estériles prácticas orientales, pero sí, es posible conseguir que una mujer monoorgásmica experimente diez orgasmos por hora tras un par de sesiones de entrenamiento y que llegue a conseguir, tras un entrenamiento de un mes, de veinte a cuarenta orgasmos/hora.
También es posible hacer ¡cien! –sí, 100– orgasmos en una hora en una monoorgásmica tras un par de meses de práctica intensiva.