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Adulterio: el mal, pero menor


Los seres humanos —sí, también tú— sufrimos una vulnerabilidad intrínseca de la que muy pocos se salvan —los asexuales y la mayoría de los religiosos— que es la causa de una gran parte de los problemas de la humanidad, y que como tal mal lo recoge metafóricamente el Antiguo Testamento de La Biblia:

9. ¿Por qué has menospreciado a Yahveh haciendo lo malo a sus ojos, matando a espada a Urías el hitita, tomando a su mujer por mujer tuya y matándole por la espada de los ammonitas?
II Samuel, 12 - Bíblia Católica Online

Esta debilidad intrínseca está causada por la existencia en el encéfalo humano de estructuras primitivas, que nos emparentan a todos los mamíferos con los reptiles y aves y que, siendo imprescindibles para la vida, también son la fábrica de las pasiones, que nos hacen padecer —eso significa pasión— impulsos incontrolables o difícilmente controlables.  

La ciencia confirma lo obvio: chingando conoces gente

A veces los descubrimientos de la ciencia parecen tonterías. Los científicos se preocupan de cosas que la mayoría damos por hecho hasta el punto de no dedicar un segundo de nuestro tiempo a pensar según qué cosas. 

Por ejemplo, normalmente a la gente no se le ocurre pensar por qué el hielo flota y qué pasaría si no lo hiciera, o por qué ciertos tipos de música nos animan mientras que otros nos entristecen; es así, lo ha sido siempre, y punto. 

A veces apetece preguntar a estos científicos si no tienen mejores asuntos en los que ocuparse, ¿verdad? Sin embargo, en ocasiones, los descubrimientos científicos más absurdos aparentemente no lo son tanto en una sociedad fuertemente ideologizada, a la que ilustres idiotas como Marx, Freud & Cia. con sus respectivas cohortes de admiradores, tratan de imponer a la sociedad paranoias que no sólo no tienen sustento en cualquiera que haya dedicado algo más de dos tardes a pensar en las cosas importantes, sino que son absolutamente falsas desde una perspectiva científica. 

Vivimos en una sociedad cuya moral -el conocimiento del bien y el mal- está manipulada por unos cuantos desarrapados mentales (véase también Bibiana Aído o Pedro Zerolo) que juzgan bueno aquello que coincide con sus intereses más bajos, con sus necesidades, con sus excentricidades, aunque poco a poco -demasiado poco a poco para mi gusto- igual que la ciencia derribó las barreras de un cristianismo preocupado por contener el irracional y violento islam, las religiones primitivas, paganas, bárbaras y brujeriles, hasta convertirlo en su principal defensor, baluarte e impulsor a través de las primeras universidades: la primera del mundo en Constantinopla en los S III y IV dC. y las primeras europeas en Bolonia, Palencia y Salamanca siglos después, fruto de un germen moral: la búsqueda de la verdad científica opuesta a la falsedad. 


Vayamos al grano 

 ¿A quién se le ha ocurrido alguna vez pensar en que para que nazca un nuevo ser humano es necesario el concurso de varón y mujer? Es una obviedad para cualquier crío, hasta para los malinformados niños de los 60, que creíamos en la cigüeña que venía de París. 

Ahora bien, nuestra candidez no nos impedía darnos cuenta de que sólo venía si había un papá y una mamá normales

Hoy en día que uno de los dos papás sea estéril no es un problema sin solución, hay bancos de semen, de óvulos y todo eso, que también son aprovechados por alguna descerebrada que otra que, ante la incapacidad de amar y por tanto de establecer un matrimonio consistente a causa de su desorientación, recurre al método expeditivo de traer al mundo a un hijo sin padre. Vamos, una de esas que presumirá de instinto maternal y querer lo mejor para su hijo. 

Y, sin embargo, hasta una cosa tan obvia como la necesidad de un papá que ponga la semillita en la barriguita de la mamá -además de ser lo correcto desde un punto de vista estrictamente moral- tiene ahora una explicación científica, aunque no la requiriese en absoluto quien tuviera dos dedos de frente. 

Porque según se desprende de la investigación realizada en la Universidad de Oregón, y citada aquí, las plantas y animales que también pueden autofecundarse tienen unos descendientes más fuertes y sanos cuando dejan de mirarse el ombligo, se fijan en sus congéneres y optan por una pareja sexual. 

La nueva generación fruto de esta unión tiene más probabilidades de disfrutar de una vida más larga que los hijos de «familias uniparentales» y sufren menos mutaciones genéticas. Obviamente los bancos de semen son alimentados por "papás", evitándose así mutaciones genéticas indeseadas. 

Además no hay aún mujeres que se autorreproduzcan -iría en contra de la moral, pero también de la ciencia, aunque visto lo visto uno puede esperarse cualquier aberración- para evitar "mancharse" con un macho enemigo, supongo que en el caso de alguna feminista anormosexual. Pero no hay que esperar tampoco a que la ciencia confirme que es amoral y negativo tener hijos sin padre o con familias anormosexuales. La naturaleza sabe lo que hace y por eso fija sus leyes. 

Curiosamente, la Ley de Dios y las leyes naturales descubiertas por la ciencia coinciden.







La sexualidad en crisis. Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar.... (Los militantes gays se ciscan en los pantalones)

Hacía mucho tiempo que no leía idioteces del calibre de las expresadas por este “experto”. Una cosa es que comentemos asuntos interesantes en blogs y tal, pero respaldar una majadería con un título y una universidad (¿está la británica tan mal como la española salvo las excepciones obvias?) parece al menos una imprudencia. 

Va y dice el majadero (la negrita es mía): Los períodos de crisis económica hacen que las personas se vuelvan "más conservadoras" en sus comportamientos sexuales, según el profesor de Sociología de la South Bank University de Londres, Jeffrey Weeks. Autor de varios libros sobre el influjo social en la sexualidad, Weeks asegura que, ante la inestabilidad financiera, las personas buscan "una certidumbre" y las posturas "más fundamentalistas" en materia sexual cobran fuerza. Por el contrario, las épocas de bonanza económica conllevan una relajación en las costumbres que permiten un mayor aperturismo y permisividad hacia comportamientos sexuales distintos de los tradicionales y formas alternativas de convivencia familiar, agregó. 


Claro, desde una perspectiva estrictamente neutra, un personaje cabal hubiese utilizado dimensiones opuestas de la misma categoría. Así, echando mano del DRAE, para aclarar y no enmarañar las ideas de los demás (reflejo de su enmarranamiento mental) debiera haber utilizado conservador/progresista,  o fundamentalista de un lado/fundamentalismo del otro lado. 

Pero si esto ya evidencia suficientemente el sesgo del papanatas, lo abrillanta con el recurso a términos en los que subyace una impresión positiva de lo que defiende: “relajación”, “aperturismo”, “permisividad”, y, como progre que se precie, por supuesto tenía que rendir tributo a “comportamientos distintos de los tradicionales” (¿100.000 años es para este bobo algo “tradicional”? ¿Le parecerá “tradicional” sonarse los mocos o no limpiarse el culo con las manos?) y a las “formas alternativas de convivencia familiar? 

No, no va a llamar a las cosas por su nombre, no vaya a ser que resulte que si se nota que es maricón –o rematadamente idiota– la gente piense que se le ve a la legua la intención. ¿Os dais cuenta de la contradicción? Este es de los que “hacen el amor”, fijo (en un cuarto oscuro). El profesor, que participó en Madrid en un ciclo sobre la construcción social de la identidad, manifestó su confianza en que la escasez de recursos no provoque "retrocesos" en la apertura de las mentalidades registrada en los últimos treinta años. Weeks cree que la aceptación de las diversas tendencias sexuales está "profundamente imbricada en la vida cotidiana" actual, por lo que confía en que la crisis no derive en una involución social en ese apartado. 

Me maravilla cuánta estupidez puede caber en una cabeza humana ¿cree? ¿o querría?. ¿Está aceptada la anormosexualidad asexual? ¿Tanto como la anormosexualidad homosexual? ¿Y por qué no se acepta el incesto? ¿Y la zoofilia está aceptada? ¿Qué es avance y qué retroceso? ¿Qué involución y qué evolución?  
En su opinión, la gente entiende ahora nuevos modelos de familia distintos al matrimonio heterosexual defendido por la Iglesia como la única unión sexual legítima entre seres humanos. 

Pues yo insisto, hace 100.000 años no existía la iglesia, luego... ¡a ver si va a ser que el matrimonio normosexual (el de toda la vida) es lo normal y lo evolutivo!. Y si iglesia es la comunión de dos mil millones de personas cristianas, más mil millones de musulmanes, más otros miles de millones de budistas, hinduistas, shintoístas, etc., etc..., ¡a ver si va a ser que tenemos razón y todo! ¡A ver si va a ser que eso de “modelos de familia distintos” no son una aberración, una anomalía de la naturaleza! 

Para el sociólogo, "el moralismo es el mayor enemigo" de una sexualidad sana, en la que lo importante no es el tipo de actos que se practiquen, sino la asunción de la responsabilidad que estos conllevan y el respeto mutuo y de los demás. 

Claro, y como este señor (o lo que sea) sabe perfectamente lo que es la moral (De las acciones o conductas de las personas con respecto al bien y al mal, o relativo a ellas), no trata de decirnos lo que está bien y lo que está mal como la iglesia, no vaya a ser que le confundamos con un obispo de esos tan malos malísimos. 

El sexo se convierte en algo controvertido "cuando lo negamos" o "se rechaza", y por eso "cuánto más se adoctrina más se invita a las personas a rebelarse", afirmó. 

Curioso ¿verdad? Está diciendo justo justo que lo que está ocurriendo y él teme tanto es fruto de una negación o rechazo, una rebelión contra el adoctrinamiento que él promueve. 

Por cierto ¿es controvertido que a uno le apuñalen por la espalda? Porque yo lo niego y rechazo. ¡A ver si va a resultar que soy asesinófobo! 

Sostiene también que la concepción que tenemos de la sexualidad está determinada por el adoctrinamiento religioso y político, que marcan lo correcto o incorrecto en detrimento de la libertad de elección. 

En fin, al menos ya sé en qué universidad no van a estudiar mis hijos. 


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