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Mejora tu vida conyugal limpiando de basura tu mente

El primer paso para conseguir poner al mal tiempo buena cara y atenuar los efectos desanimadores del invierno es poner a punto el cerebro. Quizá es precisamente el mayor ensimismamiento que produce esta estación constituye una especie de limpieza de la acumulación de basura mental −que ya sabemos que ocasiona el Alzheimer individual y social− esa especie de hibernación en la que la actividad frenética del estío decae. Pero ¿Por qué la llamo “basura mental”?  

La basura mental 

No, no voy a hablar de cero Zapatero, tranquilos. Lo que quiero es que imagines que tu ordenador se vuelve loco, el disco duro empieza a cobrar vida y en lugar de responder a las órdenes de tu teclado y ratón, comienza a funcionar independientemente. De repente surgirían −a medida que el procesador y la memoria de trabajo (RAM) lo permitieran− en tu monitor todas las imágenes, palabras, números... todos los sonidos en tus altavoces... se activarían la impresora, el escáner... 

El teclado, el ratón, el botón de apagado y encendido dejarían de obedecerte, volviéndose todo el sistema contra tus intentos de control. Eso es lo que le ocurre en ocasiones al cerebro humano; la cantidad de ideas, palabras, imágenes, cálculos, sentimientos, emociones, pasiones, afectos y fundamentalmente miedos, bullen sobre la consciencia, la torre de control, el lugar desde donde el ser humano maneja su disco duro, el inconmensurable almacén de inconmensurables datos almacenados a lo largo de la vida, impidiendo que se haga con el control de todo el sistema. 

Si alguna vez te has preguntado por qué los niños tienen esa increíble capacidad de abstraerse en un juego y olvidarse de todo, ahí tienes la respuesta: tienen menos información almacenada, menos miedos, responsabilidades y necesidades, y consecuentemente, menos basura mental perturbando la concentración de toda su capacidad mental en sus actividades. 

Esa misma ingente acumulación de información es la que cada noche construye automáticamente tus sueños en base a las vivencias de diferente intensidad y duración que han ido llegando a tu cerebro desde el momento de tu concepción, tus necesidades, tus alegrías, tus miedos y tus anhelos. 



Cómo lo ve uno mismo 

Imagina ahora, como si vieses por medio de una cámara que acelerase el paso del tiempo, que la consciencia eres tú mismo, y que la actividad de tu cerebro es la atmósfera. 

Desde tu punto de observación terrenal, el cielo no será otra cosa que una rápida sucesión o superposición de todas los infinitas tonalidades celestes, todos los tipos y colores de nubes, los relámpagos, rayos, lluvias, sonidos de vientos, objetos arrastrados por el viento, granizos, nieves, poluciones, aves, aeronaves, fuegos artificiales, la luna, el sol, los eclipses, cometas... mostrándosete en una rápida sucesión e incluso superposición. 

La cantidad de estímulos que se presentarían a tu vista te abrumarían, impidiéndote profundizar en la observación de ninguno de ellos, poco más o menos lo que ocurre con Internet (te llena más la cabeza de basura, y a eso lo llaman "Sociedad del conocimiento"). Sufrirías una visión sesgada de la realidad, superficial, atolondrada, a merced de los elementos, y desearías que todo aquello se detuviese un momento para tomarte un respiro.




Y ¿qué es lo que ocurre realmente en el cerebro? 

Ten en cuenta que ocurre −espacialmente− un poco al revés de lo que acabo de pedirte que imagines, en el cerebro la consciencia está en el neocórtex, la parte más exterior y evolucionada del encéfalo, mientras que el almacén de la actividad de tu cerebro en las partes más internas, el sistema límbico o mamífero, y aún más en lo profundo, el cerebro reptiliano. No es una descripción exacta, pero sirve para entendernos. 

De este modo, lo que conseguimos es que la consciencia-neocórtex se disocie de la información almacenada en los niveles más profundos del cerebro, algo así como lo que proponen algunas religiones orientales: el no-hacer del budismo zen, o hacer-sin-intención, sin implicarse en los fenómenos ni en los objetos de los sentidos. 

También como propone el hinduísmo: "Yo no soy mis emociones, yo no soy mi intelecto, yo soy sat-chid-ananda: conocimiento absoluto, experiencia absoluta, dicha absoluta, eso soy yo." (Vale, alguna cosa juiciosa también tienen)



¿Y cómo se hace para eliminar toda esa basura mental? 


Simplemente observándolo sin prestarle atención, sin dejarse arrastrar por sus 
elementos (truco de meditación budista zen y mindfulness, de lo poco aprovechable que tienen). 

Es decir, no te quedes absorbido por la lluvia porque, al ser tan cambiante, hace que en cada instante tu visión varíe, saturando tu memoria RAM; capturará tu mente, en suma. 

O sea: Disóciate de ellos, no te quedes atrapado por tus cambiantes pensamientos porque te esclavizarán. Simplemente obsérvalos como si fuesen meteoros y tú estuvieses sobre la tierra firme, sólida, consistente. 

Déjalos pasar uno tras otro sin prestarles atención y conseguirás dominar tu consciencia hasta unos límites que ya habías olvidado. 

Deja que tu consciencia de ser, libre, limpia, clara, observe los fenómenos atmosféricos que bullen en tu mente como si te diesen igual. Observa especialmente tus miedos, sé consciente de que aparecen en tu campo de atención, en tu mente, allá en las alturas, mientras tú estás, eres, ahí, en el centro, imperturbable, sereno y en paz. 

Si lo practicas, lo más normal es que alguna vez te descubras habiendo sido arrastrado por tu actividad mental y ello te cause desasosiego. Tranquilo, es absolutamente normal y hasta positivo, porque te permite contrastar la paz interior que proporciona la observación desapegada con los sentimientos a los que te arrastran determinadas ideas, normalmente sentimientos negativos, y más aún en esta época invernal que, además, viene acompañada de una crisis sin salida a la vista. 

Si practicas todos los días un ratito la observación de los contenidos de tu mente, unos cinco minutos −cuidado, que engancha− en cualquier momento (excepto cuando conduces y esas cosas, claro) te sentirás más consciente, más tranquilo, reducirás tu estrés, tus miedos, te enfrentarás a la vida con más seguridad y confianza, verás las cosas que ocurren sin implicarte en ellas y, lo más importante para nuestros propósitos, tendrás tu mente atrapada, dominada, sometida y subyugada por tu consciencia regia, a salvo de los torbellinos negativos que en estas fechas suelen echar leña al fuego de nuestras diferencias cotidianas.

Eso sí, no olvides que un idiota relajado sigue siendo un idiota, de modo que para asegurarte de no serlo, déjate guiar por Jesucristo, de esta forma serás un listo relajado. Y te ganarás la Tierra y el Cielo.


La Madre de Todos los Orgasmos

Si Saddam Husseín (Dios tenga misericordia de su alma) amenazaba a Los Aliados con “La madre de todas las batallas” en un claro farol que por supuesto no sirvió para amedrentar al ejército más dotado y poderoso del mundo, este humilde creador de la Cienorgasmología servidor de ustedes, pone a prueba los métodos que propone antes de divulgarlos, para no ir de farol. De modo que hoy vamos a hablar con toda propiedad del orgasmo femenino más bestial que imaginarse pueda.

 

La Madre de Todos los Orgasmos

¿Cómo lo imagináis? ¿Más largo que intenso? ¿O más intenso que largo? ¿Uno de esos en los que vuestra mujercita eyacula un potente chorro de ese líquido cuasi indeterminado? ¿O de esos en los que grita como una posesa hasta el punto de desconcentraros a vosotros y alarmar a los vecinos?
 
Para no elucubrar, debería ser la mujer quien lo definiera, así que yo me he dedicado a recopilar los comentarios a posteriori de mi señora. Y lo que refiere la afortunada es un estado de desconexión externa absoluto, −esto ya lo intuíamos, porque sabemos que el placer intenso “atrapa su mente”, disminuye o anula la presencia de pensamientos parásitos saturando la memoria operativa humana− sumado a una sensación de imposibilidad de soportar el placer que llega en la mayor parte de las ocasiones a provocar una sensación de imposibilidad de respirar, una sensación de morir de placer sin posibilidad de detener el tránsito hacia el túnel de luz. 

La confirmación científica de la Cienorgasmología

Estamos de enhorabuena. Desde los primeros capítulos de la Cienorgasmología, venimos sosteniendo la necesidad del hombre de atrapar la mente de su mujer con vistas a lograr que una anorgásmica o uniorgásmica pueda convertirse en multiorgásmica e incluso en cienorgásmica. Ahora la hipótesis se ve confirmada por unos recientes estudios científicos.


Gert Holstege, de la Universidad de Groningen, en Holanda, dirigió un experimento en el que pidió a los compañeros sexuales de doce mujeres que les estimularan los clítoris hasta que estas lograran el orgasmo mientras estaban en un Tomógrafo de Emisión de Positrones (PET). Los hallazgos confirmaron que se “apagaba” casi todo el cerebro, especialmente aquellas en el lóbulo frontal que controlan las inhibiciones, la pena, la vergüenza y el juicio crítico. También disminuyó la actividad en la corteza frontal medial, aquella que se dedica al juicio social y al razonamiento interpersonal. Además, se produjo una reducción en la actividad de la amígdala, que se relaciona con el miedo y la ansiedad. Por si esto fuera poco, también se observa una desactivación de la zona del cerebro responsable del movimiento.



Este estudio nos permite confirmar algo que ya habíamos comprobado empíricamente: que la eficiencia de nuestro revolucionario método es real por varios motivos...

1. Atrapar la mente de la mujer permite preparar el orgasmo, pues mantiene el cerebro (memoria operativa) ocupado mediante los toques: toques verbales, visuales, auditivos, pélvicos, ritmos, etc., que distraen posibles respuestas de inhibición como la vergüenza, el juicio, el miedo, la ansiedad e incluso la capacidad de razonamiento.

2. De no producirse ese apagado de esas partes del cerebro, la mujer podría mantener un control consciente de su raciocinio y juicio social sobre el hombre, impidiendo o dificultando por tanto el logro del clímax.

3. Este entrenamiento de la capacidad de atrapar la mente femenina desarrolla en ella la facultad de entregarse al cien por cien desde el primer instante en que la posibilidad del contacto sexual existe, posibilitando alcanzar un primer orgasmo en lapsos de tiempo increíblemente cortos e incluso sin contacto físico.

4. La predisposición positiva que se genera (condicionamiento) a través de la certeza del éxito refuerza positivamente a ambos y aumenta las posibilidades de éxito futuro, disminuyendo hasta prácticamente cero las de fracaso.


De modo que el debate generado en el anterior capítulo Matemática Cienorgasmológica ha quedado aclarado. No conocemos la cantidad de opiáceos y cannabinoides que se generan con un orgasmo para valorar sus efectos fisiológicos sobre la mujer, pero tampoco nos hace falta, pues sabemos con certeza las áreas del cerebro en las que disminuye la actividad o que se desactivan.

Y de todo ello podemos inferir que incrementar el número de orgasmos induce a la mujer a un mayor grado de reducción de la ansiedad, el miedo, la alerta, proporcionándole, más allá del simple placer, una auténtica estancia en un balneario de relajación, tranquilidad, seguridad, desconexión...


Seguiremos hablando de este interesante tema en el futuro, extrayendo nuevas implicaciones de los hallazgos de la Cienorgasmología confirmados por las investigaciones de Holstege.


Capítulo 10 (y 3) - Ora(l) et Labora. El sexo oral estilo Bruce Lee



En esta bruceleeana tercera parte del capítulo ORA(L) ET LAVORA voy a tararear el fragmento inicial de un concierto oral que pueda serviros como modelo para mejorar vuestro ‘do’ de pecho y favorecer la consiguiente cosecha de aplausos entre vuestro público rendido a vuestro arte. Tened en cuenta que cada una de vuestras interpretaciones será diferente de las demás −y de las de los demás− aunque manteniendo patrones comunes con el resto de tenores y momentos.


Yo no te estoy enseñando nada,
sólo te ayudo a que te conozcas a ti mismo.


Aprovecho para recordar que en los conciertos orales, el dominio de las intensidades y silencios es más importante que en los conciertos pélvicos porque en éstos la penetración pone su granito de arena en aras del orgasmo. Entonces, en las fases de aprendizaje de el lavado de bajos cienorgasmológico es especialmente importante prestar atención a la técnica porque hay menos recursos... aparentemente...


Un combatiente debe alcanzar un buen nivel de capacidad técnica
antes de que pueda aplicar las tácticas con éxito.




...para dejar paso posteriormente a la interpretación libre, en la que simplemente fluyas por su cauce vulvar... acompasándote a las reacciones que cada toque maestro provoca e ella.



Vacía tu mente; se amorfo, moldeable, como el agua.
Si pones agua en una taza se convierte en la taza.
Si pones agua en una botella se convierte en la botella.

Si la pones en una tetera se convierte en la tetera.
El agua puede fluir... o puede golpear. 

Sé agua amigo mío.



Pero eso será más adelante. Ahora toca practicar la técnica rompiendo tus patrones ineficientes, tus esquemas mecánicos automatizados. Y para lograrlo ¡sorprende!, no sigas el esquema habitual boca-cuello-domingas-vientre-entrepierna. El objetivo no es hacerle orgasmos, porque cuando lo es, tu mente se pone en modo medio plazo y se olvida de prestar atención al corto. De hecho no hay objetivos distintos de estar presente en cada instante. Vacíate de ti mismo haciendo de su entrepierna lo único existente en ese momento.


Vacía tu copa para que pueda ser llenada;
quédate sin nada para ganar la totalidad.


Vamos allá, no sin antes recordar que no debes tocar su clítoris hasta que te lo reclame, y que todo este proceso que pongo como ejemplo tendrá una duración de menos de un minuto, el resto es cosa tuya:

- Colócate de forma diferente, como no acostumbras a hacerlo. Toca diferente. Sé consciente. Mete tu cara entre sus muslos y roza suavemente uno de ellos con la comisura de tus labios y tu mejilla en dirección a su entrepierna.
- Inspira mientras lo haces llenándote de su excitante aroma —ella lo notará (ya la tienes) y tú percibirás que lo nota— mientras describes un semicírculo con la cabeza de modo que tu nariz roce sutilmente sus labios mayores.
- Siente. Ya estás atrapando su mente.


Debemos sorprender a nuestro contrario
y aprovechar el momento de su desvalimiento.




- No hagas paradas bruscas que corten el movimiento de tu cara; en lugar de ello, desacelera gradualmente sin parar hasta el siguiente blanco. Pasa ahora tus labios por su vello púbico pero casi sin rozar su piel... mientras espiras acompasando la expulsión del aire por la nariz sobre su vulva con el movimiento de tu cabeza.

Ya no hay tú. Sólo hay ella. Tú eres un instrumento de su orgasmo, no el hacedor. No intentes doblar la cuchara; eso es imposible. En lugar de eso intenta comprender la realidad: Que no hay cuchara. Si lo haces verás que no es la cuchara la que se dobla, sino tú mismo.




La verdad es la relación con el contrario;
constantemente en movimiento, vivo, nunca estático.



- Sigue inspirando en dirección hacia abajo, rozando suavemente con tu nariz y hasta tus cejas una de sus ingles. No se te ocurra hacer lo mismo por el otro lado, olvídate de las simetrías y quédate con el percibir qué hacer en cada momento.



Si sigues los modelos clásicos, estas comprendiendo la rutina, la tradición, las sombras,
pero no estas comprendiéndote a ti mismo.



- Ahora que tus ojos han llegado a la altura de su vulva acaríciala con ellos moviendo la cabeza de un lado a otro. Primero uno, luego el otro pasando por la raíz de la nariz. Sólo una vez, o como máximo dos si cambias el ritmo de la segunda con respecto a la primera. Adapta la respiración al movimiento y verás como ella se adapta enteramente a ti.
- Roza ahora sutilmente la unión de sus dos labios mayores con la nariz desde la raíz a la punta. Para e inspira sonoramente. Cambia de posición tus manos sobre su cuerpo de modo que sienta el contacto consistente, firme pero suave, consciente. Ya tienes su oído, el ritmo, intensidad y tres áreas de su cuerpo acaparando su memoria de trabajo (RAM).



Mezcla y varía tus paradas
de forma que el contrario no pueda fijar un plan de ataque
.




- Toma ahora entre tus labios uno de sus labios mayores como si estuvieses chupando un cono de cremoso helado, pero no lo humedezcas con tu saliva. Dale un par de chupadas.
- Vuelve a restregar −acariciando− tu cara y nariz por su vulva y sus ingles en un movimiento circular acompasando tu respiración. A tu aire.
- Para. Míralo. Tiene un aspecto delicioso y su aroma es simplemente sublime. Sonríe aunque ella no te vea, porque lo siente.
- Toma ahora ambos labios mayores y repite la chupada. ¡Mmmmm! Disfruta.




El entrenamiento no trata con un objeto,
sino con el espíritu humano y con las sensaciones humanas.



Bueno, basta de ñoñerías, ¿no? Cambia de registro.

- Toma uno de sus labios mayores por la parte inferior y dale un buen chupetón estirándolo con cuidado mientras te desplazas hacia su parte media. Suelta. Levanta la cabeza. Mira. Sonríe, pon cara de pillo o de malo. Sopla largamente mientras acercas tu cara otra vez y cuando llegues...
- Encadena tres chupetones con lengua en tres partes diferentes de sus labios mayores e incluso aplica uno de ellos a sus labios menores.
- Saca la lengua y pásala suavemente por la parte interna de uno de sus labios mayores moviendo tu cabeza hasta que la lengua aterrice en la entrada de su vagina.
- Haz un círculo o semicírculo y sube hacia su clítoris, rózalo suavemente y vuelve a bajar hasta la entrada de la vagina.
- Repite una única vez el movimiento anterior un poco más rápido y empieza a acelerar, ya es tiempo de hacerle el primer orgasmo. A estas alturas ya debes haber sentido dónde y cómo atacar, si le apetece un orgasmo global, focalizado en su clítoris, en la vagina, en un labio mayor, menor... más intenso, menos... porque has notado su respuesta a cada uno de tus toques. Eres como Miguel Ángel quitando la piedra que sobraba para dejar ver la figura que había dentro; quita lo que estorba el advenimiento de su orgasmo.



Coordina toda la potencia para atacar su punto débil.



- Llévala al éxtasis convirtiéndoos en uno, vaciando tu mente y abriéndola a sus sensaciones, tu entusiasmo al percibir su acercamiento al orgasmo os enganchará en un círculo virtuoso de retroalimentación hasta que finalmente sobrevenga.







¿Ya sabes Kung-Fu, Neo? Espero que lo hayáis disfrutado. Si tienes alguna duda, aquí estamos para ayudarte. Pero recuerda que yo sólo puedo mostrarte la puerta, eres tú quien debe cruzarla.







.

El elefante rosa y (qué hacer ante) el gatillazo (y 2)



Que un gatillazo puede provocar la autodesconfianza femenina es algo evidente. Puede pensar si ha dejado de gustar, excitar, ser deseada... incluso puede que se disparen pensamientos obsesivos del tipo “Este está con otra”. Es cierto que puede suceder que de repente oler o besar a la contraria provoque hasta asco (y viceversa) porque uno se haya enamorado de otra. Pero como estos post sobre el gatillazo no pretenden profundizar sobre la infidelidad, para quien quiera leer algo sobre cómo evitarla, que se vaya a este anterior.

Lo primero que debe pensar una mujer es que, como dijimos en el anterior post, un gatillazo puede tenerlo cualquiera, independientemente de la edad, el vigor sexual habitual, lo que la mujer atraiga, etc., y, por ejemplo, se puede aprovechar para hacer un rato de sano humor (si sabes; si no, mejor a dormir).


El afrontamiento habitual del gatillazo

El modo más normal de afrontarlo es hablando, eso que tanto gusta a las mujeres y a los sexólocos progres, pero que normalmente no lleva a ninguna parte... positiva. Porque como dice aquél “No, si hay que hablar se habla... pero hablar pa ná es tontería”. Esto es algo muy fácil de entender: ¿Eres una experta? ¿Entonces de qué vas a hablar? ¿de emociones? Pues apañaos vamos. ¿Quién va a tener razón? Si alguien es convencido por el otro ¿tiene alguna garantía de que no le han convencido de un desvarío porque su sentimiento de culpabilidad le induce a aceptar cualquier pecado y cualquier penitencia, incluso aceptar el rollo emocional, y entrar así al trapo que le ha puesto su mujer consciente o inconscientemente?

Ya os habéis dado cuenta de que lo contrario que hay que hacer ante un gatillazo es darle importancia. Y si lo habitual es preocuparse, angustiarse, dudar de sí misma y del maromo, adoptar actitudes maternales, comprensivas, etc., etc., lo contrario, como intuye Traserete, es no darle importancia. Ella dice quitarle importancia; pero no se da cuenta de que si se la quitas es porque se la has dado. ¿Se puede cerrar una puerta que no esté abierta? V de Vendetta sí es plenamente acertado cuando propone: “te doy un abrazo y nos dormimos así”; pura estrategia on/off. Es decir, no se puede decir “no le des importancia” y pretender que el otro no se la dé. ¿Por qué?


¿Qué pasa en el cerebro cuando escuchamos palabras?

Cuando una palabra (que simboliza un concepto) entra en el campo auditivo o visual de una persona, la corteza auditiva o visual se conecta automáticamente con el archivo memorístico de experiencias relacionadas con ella. Si la palabra es neutra, por ejemplo “mesa”, la cosa queda en un plano puramente cognitivo: mesa es un artilugio para depositar objetos, etc. Pero si el mes pasado su amigo del alma ha muerto porque le ha caído una mesa en la cabeza y le ha destrozado el cráneo, mesa se convierte en un término asociado a una experiencia displacentera, un símbolo de algo doloroso, por lo que al escuchar la palabra o ver el objeto se dispararán automáticamente todos los recuerdos, sentimientos y sensaciones traumáticas relacionadas con el lamentable suceso.

Del mismo modo, utilizar el término “importancia” frente a un gatillazo dispara instantáneamente la conexión con recuerdos o pensamientos displacenteros. Y como ya sabemos que el Sistema Nervioso tiene dos modos de funcionamiento, el digital o eléctrico —encendido-apagado, on/off, como un interruptor de la luz— y el analógico u hormonal —gradual, como el paso del día a la noche—, a poco que dejemos unos instantes el pensamiento displacentero activo, es decir, si no lo apagamos anulándolo inmediatamente con otro pensamiento alternativo como propone V de Vendetta, la inundación del torrente sanguíneo con hormonas relacionadas con el miedo, el dolor, el fracaso, la impotencia, etc., nos hará sentirlo realmente y capturará toda nuestra memoria operativa, impidiendo que nos liberemos de las desagradables sensaciones y sentimientos que suscita el gatillazo vía círculo vicioso de retroalimentación.



La palabra agua no quita la sed. Pero puede provocarla.

Un ejemplo muy clarificador de otro ámbito. Imaginad que un niño está trepando feliz a un árbol y su madre, asustada, le dice: ¡Ten cuidado, hijo, no te vayas a caer! ¿Qué ocurrirá? Que el niño absorto en su juego saldrá de su absorción gracias a la advertencia y a su volumen y tono, conectará las palabras de su madre con sus anteriores experiencias de caídas, dolor, miedo, etc., mirará al suelo, se dará cuenta de la altura a la que está, pensará cómo bajarse de ahí... le invadirá el miedo, sufrirá parálisis, descoordinación neuromuscular o temblores y ello retroalimentará la inseguridad y el miedo. Tendrá muchas posibilidades de pegarse el trompazo por culpa de una amorosa pero torpe intervención que provoca la madre buscando precisamente evitarlo.


No pienses en un elefante rosa

Recordad la escena de Matrix I en la que el agente Smith interroga a Neo después de haberle detenido en su trabajo. Smith le dice: “Intentaré serle totalmente sincero, Sr. Anderson”. ¿Qué le está diciendo en realidad? Exacto, ¡que no tiene la más mínima intención de ser sincero! Pero un incauto creerá que sí va a serlo, porque su cerebro ha acusado recibo de esas palabras. Mientras tanto el verbo intentar es interpretado por ser distraído por el hábilmente aplicado adjetivo totalmente. ¿Qué piensa un incauto en una situación así? Quizá que está exagerando, que no le van a decir toda la verdad; pero desde luego no piensa “este va a tratar de engañarme como un bellaco”

Recordad del “Alto el fuego permanente” que pactaron los socialistas y la ETA. ¿Qué significa realmente? Exacto, que el alto el fuego es permanente, que no se va a matar a nadie ni por la mañana ni por la tarde. Ahora, cuando el alto el fuego deje de existir ¡también lo hará permanentemente! ¿O no? Muchos incautos pensaron que significaba un abandono de la violencia o al menos una tregua hasta que acabara la negociación, pero no fue así. La T4 es testigo.

Porque si mientras se está negociando la ETA se enfada y mata a alguien para presionar a zETApé, ¡habrá sido un trágico “accidente” mortal!, no una ruptura del alto el fuego permanente.


Siguiendo la misma lógica... ¿qué le está diciendo realmente una mujer a su marido cuando le dice “no le des importancia”? ¿Qué no piense en el elefante rosa? ¡Pero si eso es imposible! Lo que realmente le está diciendo es: ¡vamos a ver si se la quitamos!

¿Has logrado no pensar en el elefante rosa porque te haya pedido que no lo hagas? Si lo has conseguido es porque es una imagen neutra. ¿pero lo habrías conseguido si la imagen en la que te he dicho que no pensaras fuera ésta?

Como el Sistema Nervioso ya ha escuchado o visto y disparado asociaciones, el no le resulta irrelevante. Pues hacer mimos y ñoñerías es lo mismo, conseguir que el hombre realmente crea que la cosa realmente tiene importancia. Si no la tiene ¿a cuento de qué me hace esta mujer los mimos?


No digas lo que no quieres. Di lo que quieres

¿Cuál es la estrategia (hipnótica) del agente Smith para hacer creer a Neo que no puede hablar? ¿Decirle que no puede hacerlo? No, lo que hace es decirle que es incapaz de hablar.

Si tu marido sufre un gatillazo hazle una broma que sepas con seguridad que va a funcionar para retarle a defender su hombría con humor, usa el truco que propone V de Vendetta en su comentario del post anterior, pero no le mientas intentando disimular tu preocupación ni le digas que no tiene importancia.

Si yo fuese mujer ¿qué le diría a mi marido (si fuese como yo)?: “¡Mírale! Si no me vales pa ná... estás mayor... te voy a comprar una caja de viagra...” o cualquier tontería por el estilo, pero de coña, claro. Seguro que pasaríamos un buen rato de risas.



Capítulo 1 - Atrapar la Mente de tu Mujer (para hacerla orgasmear)









INTRODUCCIÓN

Para empezar a aprender a atrapar la mente es necesario hacer un breve repaso de cómo funciona la mente aprovechando para ello la metafórica similitud persona-hiperordenador:

Tu ordenador tiene un disco duro con una capacidad de almacenamiento de un montón de Gigabytes (Gb) de memoria, sin embargo no puede operar con toda a la vez ¿verdad? ¿Por qué? Primero porque el procesador tiene sus limitaciones de velocidad de procesamiento aunque te hayas dejado el sueldo en un QuadCore. En segundo lugar porque toda su información no puede ser ejecutada simultáneamente (¿te imaginas todas las fotos, los programas, la música, los vídeos, los email... apareciendo a la vez en tu monitor? Obviamente no verías nada y además el exceso de carga de trabajo lo fundiría), y además no puede porque su memoria RAM o memoria operativa —la información que puede manejar en cada instante— es más limitada que la del disco duro, normalmente de 1 ó 2 Gigabytes. Mira tú qué cosas.

Al cerebro le ocurre lo mismo; almacena millones (o más) de Gb de información, pero no puede operar con todos a la vez porque nos atizaría una especie de ataque epiléptico que nos mataría al instante. Estamos afortunadamente limitados por la velocidad de procesamiento de nuestro cerebro y por la cantidad de información que podemos manejar en cada momento (¿te habías creído la chorrada esotérica esa que dice que si pudiésemos usar más del 10% de la capacidad mental que usamos el mundo sería mejor y nosotros semidioses?). Si la memoria RAM de tu ordenador se mide en Gb, la de tu cerebro se mide en “cosas” o procesos. Esto es a lo que se refiere el famoso chiste con el que las féminas nos suelen tratar de humillar: “Tú no puedes caminar y comer chicle a la vez”.

¿Cuántos procesos se pueden poner a funcionar a la vez? Pues mira, un tal Miller estableció una ley sobre la cantidad de cosas que puedes hacer a la vez; según él, sólo podemos procesar 7 +/- 2 (entre cinco y nueve) “cosas” a la vez.

¿Por qué narices te cuento todo este rollo si lo que tú quieres es hacerle cien orgasmos por hora a tu mujer? Pues porque es precisamente en esa limitación neurobiológica del cerebro para procesar información es en la que te tienes que apoyar si quieres conseguirlo, no en el tamaño de tu aparato, chato.



CÓMO ATRAPAR LA MENTE (1)

O, para seguir con el rollo cibernético, ¿cómo saturar la capacidad de procesamiento del cerebro de tu mujer? Y ¿para qué narices quiero saturarla? ¡A ver si se me va a fundir y no me va a servir para nada!, me dirás con angustia. No, hombre, no; no le va a pasar nada malo, tranquilo.

Empiezo por responder a la segunda pregunta. Quieres saturar la memoria operativa de tu mujer porque si la dejas bajo su control se pondrá a pensar en la colada, en que no ha puesto los garbanzos a remojo (si eres hembrista te jodes, este es mi Blog y digo lo que me da la gana) o en que la tienes ya más que aburrida. Hablando más en serio, su pensamiento se dispersará por cualquier lugar de su disco duro, lo atrapará cualquier sensación o idea que tenga almacenada o construya y tú tendrás que ponerte a frotar y frotar a ver si consigues encenderle el fuego, y si ná de ná, usar un cachivache, litros de lubricante o escornarte haciendo numeritos acrobáticos. Así que como su mente seguirá por los cerros de Úbeda en lugar de estar a lo que está, necesitarás un milagro para hacer que se corra antes de que a ti te de un patatús y dejes a la pobre escocía, viuda y encima con las ganas. Así que tienes que “distraer” su pensamiento para conseguir imponer tus pautas a su cerebro, que eres tú el responsable de darle placer, mamón.

Vamos ahora con la primera pregunta ¿cómo narices atrapo su mente?. Ahí van las primeras pautas: con sensibilidad y consciencia de lo que tú haces y su respuesta a lo que tú haces, cacho tarugo. Pero tranquilo, no te vas a volver marica ni nada raro.

Nada entonces de ñaca-ñaca mecánico y aburrido. Se acabó. Si crees que con frotar ella va a acabar, lo llevas crudo. Todos hemos visto cómo chingan los demás en pelis cochinas, más o menos como la mayoría, nada especial; si tienes una por ahí, échale un vistazo: mete-saca-mete-saca-mete-saca invariablemente. Por ese camino no se va a ningún sitio si quieres igualar o superar mi récord.

Así que pon la cabeza en lo que estás haciendo, en cada empujón, en cada retirada, así de paso te distraes tú de tu avidez de correrte. Si vas a practicar hoy mismo, hoy no te tocan corridas, lo siento, machote (ella sí puede si tú se lo provocas, claro, pero nada de tocarse el clítoris ni usar cachivaches). Adopta la postura cienorgásana que expliqué en otro post anterior y usa tus manos o simplemente un dedo para tocar, pero no tocar para satisfacer tu morbo, so guarro, sino con intención. ¿Que con qué intención? ¿Pues con cuál va a ser, merluzo? Con la intención de distraer su mente. ¿Qué dónde tocas? En cualquier sitio, pero no para quedarte ahí diez minutos, sino para que tenga otra sensación que atrape su mente un momento... y así sucesivamente, es sólo un toque cuando lo sientas necesario. Vete practicando lugares (no necesariamente zonas erógenas), duración, intensidad... ¿No se corrió? ¿No has conseguido atraparla y marcarle el ritmo de la excitación? Tranqui, no se hizo Zamora en una hora.

Bueno, basta por hoy, mañana más (lo prometo) que si no, se alarga demasiado el post. Hala, empezad a practicar ¡y nada de orgasmos hoy! ¿eh, amigo?, sólo intención de dar placer a tu mujer. No me odies, es por vuestro bien.

¿Alguna pregunta? Aquí estoy para lo que necesitéis.