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Adulterio: el mal, pero menor


Los seres humanos —sí, también tú— sufrimos una vulnerabilidad intrínseca de la que muy pocos se salvan —los asexuales y la mayoría de los religiosos— que es la causa de una gran parte de los problemas de la humanidad, y que como tal mal lo recoge metafóricamente el Antiguo Testamento de La Biblia:

9. ¿Por qué has menospreciado a Yahveh haciendo lo malo a sus ojos, matando a espada a Urías el hitita, tomando a su mujer por mujer tuya y matándole por la espada de los ammonitas?
II Samuel, 12 - Bíblia Católica Online

Esta debilidad intrínseca está causada por la existencia en el encéfalo humano de estructuras primitivas, que nos emparentan a todos los mamíferos con los reptiles y aves y que, siendo imprescindibles para la vida, también son la fábrica de las pasiones, que nos hacen padecer —eso significa pasión— impulsos incontrolables o difícilmente controlables.  

Bill Gates ha muerto (por el pitilín). Firmado: Dios

 


Cuanto más subes, más dura es la caída si caes y, finalmente, todos terminamos cayendo; así que no conviene ensoberbecerse. 

Bill Gates, ese (otro) hombre que se atrevió a desafiar a Dios, acaba de emprender un camino incierto, que no sabemos dónde le llevará, si a abandonar sus sueños de omnipotencia, de manipulación de la humanidad hacia donde a su poderoso desvarío se le antoje —sueños derivados de su paranoica obsesión de frenar la hipotética superpoblación de la Tierra— o por el contrario le impulsará a arreciar en sus ataques contra la libertad, contra la Verdad.

Cuenta el Antiguo Testamento que fue el rey David —el vencedor de Goliath, y gracias a éste y otros méritos, elegido por Dios para reinar en Israel— quien cometió el error (pecado) de obsesionarse con la esposa de uno de sus generales, Urías, a quien mandó a una guerra perdida con la esperanza de que no volviera vivo y finalmente mandó asesinar para así poder quedarse con la mujer. Esa obsesión fue el fin del gran rey, su caída en desgracia.

Los ateos también son creyentes

 


¿Sorprendidos? Seguro que sí. Más de dos estarán pensando en leer el artículo con la segura y tranquila satisfacción de encontrar en él un motivo para sentirse inteligentes (sentirse no es ser) tras constatar la cantidad de tonterías que se va a encontrar, y así irse hoy a dormir con el ego masajeadito y lustroso para compensar tanta frustración diaria. ¿Tú también lo crees? Pues deja un momento de pensar en lo que estás pensando (—¡Sabré yo si soy ateo!, jajaja. —¿Verdad?), y lee, lee.

Qué es y cómo es el Purgatorio



alma penitente 

Si tenemos en cuenta que desde Platón existen evidencias lógicas, discutibles, matizables, objetables, pero no refutables, acerca del carácter inmortal del alma —y de esa premisa partiremos—, es obvia conclusión lógica que las almas, una vez fuera del cuerpo mortal, «van» a otra «parte». ¿Pero dónde? Si es que allá hay algo que se pueda llamar dónde.

Pues lógicamente depende de cada alma. No van a estar todas en el mismo sitio, igual que no todas estamos aquí en el mismo lugar y con las mismas condiciones debido a unas leyes a las que nadie escapa (saberes, patrimonio, oportunidad...), el Más Allá no es un condensado Bose-Einstein infinito donde nada hay diferenciado, sino que también tiene que haber leyes. El lugar donde estaremos depende del grado de perfección humano que se haya alcanzado en el gimnasio de la vida, éste en el que no paramos de sufrir y del que pocas alegrías se salvan, a corto o a largo plazo, porque en cuanto abandonamos el entrenamiento, nos debilitamos moralmente, y de la laxitud moral derivan todos los males del mundo, porque volvemos a comportarnos como animales centrados en lo sensible, y entonces, irremediablemente, involucionamos. 


Tiempos difíciles forjan hombres fuertes.

Hombres fuertes crean tiempos fáciles.  

Tiempos fáciles crean hombres débiles. 

Hombres débiles crean tiempos difíciles.

Los escándalos sexuales del demonio Vaticano para ocultar los propios

Hoy no quiero contar nada, sino aportar datos para comprobar cómo determinada ideología recesiva trata infructuosamente de debilitar la Iglesia de Cristo acusándola -generalizando, distorsionando y omitiendo información- de pederastia. 

Nada se dice respecto a otras instancias, se oculta la verdad para intentar que algún que otro de sus sacerdotes en público dando así algún argumento -por llamarlo de algún modo- a los incapaces de pensar por sí mismos. La información que hoy publico tiene su origen en Hispanidad.com, y su autor es Andrés Velázquez. Juzguen ustedes mismos.

La cosa es: ¡Palo al cura que es de goma!. Hasta que hable latín. Por eso el PSOE se permite afirmar que el Vaticano tiene “licencia para matar”.


Lo que pasa es que la campaña resulta un tanto asimétrica. Los casos de pederastia existentes en la Iglesia son infinitamente inferiores a los que existen en el colectivo de maestros, por ejemplo. Pero eso nunca se dice. Y el problema no está en el celibato. Hay muchos más casos de pedofilia en personal laico que en sacerdotes célibes.


Recientemente la prensa europea destapó el caso de abusos en un colegio regentado por la UNESCO. El asunto se ha callado. ¿Por qué no se reclaman responsabilidades a la ONU?


Más: no hay una sola operación de cascos azules que no se salde con un escándalo sexual. Ni una. Y no hemos escuchado ni una sola crítica de su boca a la ONU, ni a UNICEF, ni a los Cascos Azules


¿Por qué? Primero porque se ha ‘santificado’ la ONU mientras se ‘demoniza’ el Vaticano. Y porque -razonablemente- los abusos son particulares, no generales. ¿Por qué no se aplica el mismo criterio sobre la Iglesia? No, no se busca racionalidad, se aplica ‘cristofobia’. No hay nada más.


De todo hay en la Viña del Señor, si no que se lo pregunten al obispo Almodóvar, el célebre cineasta español, ¿verdad?. Podéis leer el texto completo aquí.



Chingas menos que un casao, pero estás más sano.

Creo que casi nadie duda de que el estado ideal para el hombre es el matrimonio. Digo matrimonio, porque eso de la pareja es cosa de los animales, aunque ahora esté de moda usar ese término para parecer más progre (idiota perdido), igual que referirse a la persona con la que se sale o se cohabita como mi chico o mi chica

Lástima de mundo, debe ser que ahora las palabras novio/novia son de carcas y fachas.

Lo que parece evidente hablando de esto del matrimonio es que la sabiduría popular no se equivoca cuando dice aquello de "Chingas menos que un casao". Parece increíble pero es cierto, se chinga menos casado que cuando no se tiene compromiso (¿Compromiso? ¿Quién coño sabe hoy en día lo que es el compromiso?) o está casado. 

Esto es lo que parece desprenderse de una investigación recientemente publicada en la que se observa que los casados y ennoviados están más sanos que los que picotean por ahí lo que pueden. Fuman menos, beben menos, se drogan menos (supongo que también se la cascarán menos y dejarán menores beneficios en las fábricas de consoladores), hasta el punto de que el aumento de consumo de estas substancias puede considerarse un síntoma que evidencia el fracaso conyugal. 

Ya sabes, si notas que tu pareja fuma mucho últimamente no le eches la culpa a la crisis, más bien prepárate para lo peor. Pero si esto no te sorprende demasiado, te pasmará saber que, lo que verdaderamente aporta bienestar mental al casado es... ¡¡la voluntad de sacrificio!! 

Por fin una investigación científica se acerca a la definición de amor vinculándola estrechamente con la entrega al otro, lejos de pajas mentales memocionales

Sí, dar la vida por los demás es la máxima expresión de amor, y los cristianos tenemos un modelo perfecto, Jesús, totalmente opuesto al de los musulmanes con los que compartimos un mismo Dios, pero no su modelo, que en lugar de dar la vida por los demás, la quita. 

No será porque no os lo había advertido ¿verdad? Pues hala, a repasar la sección de El Arte de Amar, no vaya a ser que os dé por el Marlboro, malandrines. 

Post relacionados: - Chingas menos que un casao

Causas y soluciones para la sexofobia femenina

La sexofobia o fobia a las relaciones sexuales tiene su origen -me atrevería a decir que siempre, pero toda regla tiene su excepción- en algún tipo de relación negativa con el elemento masculino; sea el padre ausente, sea el novio adolescente torpe, sean creencias arcaicas o absurdas sobre el particular, erróneos sentimientos de culpa -no todos son erróneos, pero los hay que sí-... que originan en la mujer una necesidad irreprimible de hacerse con el control del asunto como reacción a miedos diversos -al dolor, a la dominación, al pecado, al embarazo, a la enfermedad de transmisión sexual...- o por simple afán de revancha o venganza. A medida que vayas leyendo te vas a ir dando cuenta de que el asunto es de puro sentido común, pero como en ocasiones se unen o alternan varias causas, conviene observarlas por separado para evitar confusiones y poder así hincarle el diente al tema con garantías.


Mala relación con el padre

Lo que ha aprendido una mujer en esta situación -o con un padre ausente- es que no puede confiar en los hombres, no puede abandonarse en sus brazos porque su confianza ya ha sido traicionada en demasiadas ocasiones, ha sido obligada a vivir a la defensiva desde pequeña, construyendo una barrera contra los afectos, contra las debilidades, las naturales vulnerabilidades infantiles que el padre debiera haber asegurado para merecer ese nombre. Quien no está a la altura no es otra
cosa que un mero progenitor "A" o "B" biológico. 

Tan sólido escudo que puede llevar a convertir sus relaciones de pareja en algo nada vivido, nada natural, sino algo puramente normativo, no carente de cierto sadismo y totalmente carente de la más mínima expresión de amor; más o menos así: Esto es así porque tiene que ser así, porque por qué no, porque lo digo yo, y punto

Pues no: lo normal es tener una vida normal, y si lo que se desea es una vida anormal, hay que dar al otro la posibilidad de elegir seguir su propia vida por separado, no vale vender la normalidad al principio -para enganchar- y luego desvelar la sorpresa. 

Las relaciones de mujeres así no funcionan porque no se dejan llevar naturalmente, porque todo tiene que ser analizado, justificado y aprobado -aunque tanto el análisis como la justificación no son otra cosa que pajas mentales sostenidas simplemente a base de una férrea y fría autoestima, de hembra sabedora de que tiene la sartén por el mango, o sea, chichi- por la mandamás de la relación. 

El castigo para el que pretenda subvertir su tiranía es una temporada de secano, así que el varón castrado ya sabe que no le quedan más narices que aguantar, porque aún puede ser peor. 

Cuando sí que se abre de patas no deja de poner problemas, controlando constantemente la situación, rompiendo la excitación con sus paranoias: que si ahora hay que hacer esto porque estoy sintiendo aquello... que si esto no que me hace sentir no sé qué... que si más así o asá que si no... Constantemente generando inseguridad -más de los que suele tener el consorte-tipo de semejante pájara- y culpa en el varón... En suma, jodiéndole vivo, no conscientemente, pero jodiéndole de todos modos.  

Pero no queda ahí la cosa, para más inri, ella -normalmente de forma inconsciente- se vengará del padre en él, reprochándole su supuesta falta de habilidad, igual que le reprocha al progenitor la falta de habiliad paterna, despreciándole, ninguneándole, destruyendo su autoestima, burlándose de él incluso, pero siempre sometiéndole, porque ahora ella puede, ahora ya es mayor y la que manda.


El novio adolescente torpe -y salido-

Ha generado en la sexofóbica un condicionamiento pavloviano típico. Ella se enerva cada vez que él intenta tocarla -supuestamente masturbándola aunque en realidad simplemente excitándola para ver si así se deja finalmente penetrar- porque el lugar que han escogido para sus escarceos no es el adecuado, algo que a él,
completamente cegado por el instinto, le importa un rábano, mientras ella siente un lógico miedo a ser descubierta. 

O simplemente porque ella es muy sensible y el crío un zarpas, o porque ella se da cuenta de que lo único que quiere él es seso y sólo seso, pero atenciones ni una. 

A base de repetición, ella ha desarrollado la respuesta fóbica, de rechazo, de huída. Más de una lesbiana habrá surgido de situaciones como estas.


Si el noviete cabrón no fue adolescente, sino crecidito

Seguramente el miserable abusón habrá querido imponer su criterio por las bravas, tirando de edad y mundo para imponer su voluntad, haciéndole daño, sin prestar atención a las quejas, y culpabilizando a la pobre niña de su propia torpeza. 

Igual que en el caso del noviete adolescente, ella ha desarrollado una respuesta de evitación frente a la práctica sexual.


Las creencias erróneas arcaicas

Basadas en igualmente erróneas interpretaciones de la religión, estas creencias generan sentimientos de vergüenza y culpa, incluso si el varón es el futuro esposo y tiene una habilidad que ya ha demostrado con otras parejas sexuales normales, porque el condicionamiento clásico ha sido consolidado antes de que él apareciese en la vida de la mujer, y como los condicionamientos son hábitos, y los h
ábitos son pura estructura cerebral, no una idea que flota en el éter, no será suficiente con una habilidad media para romperlo y construir uno adaptativo. 

Si es tu caso, varón, no te creas disminuido, hace falta una habilidad muy superior a la media para destruirlo, no sólo ganas.


La violencia sexual

Las agresiones sexuales también pueden generar una respuesta sexofóbica en una mujer perfectamente normal hasta el mom
ento del crimen. 

Si este es el caso, también hay que actuar con astucia, y hasta con mimo, de modo que la mujer no pueda pensar -porque no sea así verdaderamente, claro- que los acercamientos tienen como único fin usarla como objeto de la satisfacción sexual masculina: "Prometer hasta meter, y después de metido, nada de lo prometido"

Recuerdo que hace muchos años rompí este condicionamiento en una veinteañera en una sola noche. La pobre criatura, violada por su despreciable padre desde los seis años -esto es una mezcla de mala relación con el padre y violación-, volvió a la normalidad utilizando una estrategia sutil: me fui a la cama con ella como si aquello fuese a ser un casquete normal producto de una noche de pasión, y se levantó por la mañana sin haber sido penetrada, simplemente besada, acariciada, abrazada, querida, atendida, escuchada... 

Aquella noche fue tenida en cuenta como persona, no como muñeca hinchable humana. 

Una semana más tarde me llamó por teléfono, estaba entusiasmada, quería contarme que había tenido un orgasmo con un noviete. Una bomba teledirigida con tanta precisión puede hacer saltar por los aires el condicionamiento más férreamente estructurado, pero estas cosas no salen siempre perfectas, hay que estar muy seguro de lo que uno hace para meterse en un berenjenal semejante.



Por fin una buena noticia

La buena noticia es que la Cienorgasmología, la ciencia, técnica y
arte de hacer cien orgasmos por hora a una mujer, se basa precisamente en atrapar su mente, en tomar las riendas de la sexualidad sin dejarse atrapar la propia con las peroratas, lamentos, quejas, reproches, normas, exigencias, imposiciones y cualquier otro tipo de estrategia de manipulación emocional. 

La cuestión clave es, por lo tanto, robarle el control, porque en las situaciones en las que lo ha perdido -que tontas no son, y les gusta lo que les gusta, tanto o más que a las demás- ha disfrutado como una enana sin poner una sola pega (hasta después). 

Eso sí, conviene tener en cuenta que no es lo mismo aprender a hacerle cien orgasmos por hora a una mujer monoorgásmica normal que hacer disfrutar a una mujer sexofóbica, aquí es imprescindible empaparse de la teoría del Manual de la Cienorgasmología, comprenderlo, preguntar lo que no se entiende, armarse de valor inquebrantable, de seguridad en uno mismo, conseguir un compromiso firme de colaboración por la parte femenina, tomarse un tiempo de reflexión antes de acometer la tarea... y ponerse a trabajar sin miedo a los fallos que pueden producirse (no pasa nada, la Ciernorgasmología es suficientemente potente como para superar pasos atrás o errores en el proceso). 

En caso contrario, si ella no se compromete a cederte el control absoluto -y cuando digo absoluto quiero decir exactamente absoluto- de vuestra vida sexual hasta que alcance la normalidad, ni te molestes, devuélvela porque seguramente aún está en garantía, y búscate otra sin taras.


La ciencia confirma lo obvio: chingando conoces gente

A veces los descubrimientos de la ciencia parecen tonterías. Los científicos se preocupan de cosas que la mayoría damos por hecho hasta el punto de no dedicar un segundo de nuestro tiempo a pensar según qué cosas. 

Por ejemplo, normalmente a la gente no se le ocurre pensar por qué el hielo flota y qué pasaría si no lo hiciera, o por qué ciertos tipos de música nos animan mientras que otros nos entristecen; es así, lo ha sido siempre, y punto. 

A veces apetece preguntar a estos científicos si no tienen mejores asuntos en los que ocuparse, ¿verdad? Sin embargo, en ocasiones, los descubrimientos científicos más absurdos aparentemente no lo son tanto en una sociedad fuertemente ideologizada, a la que ilustres idiotas como Marx, Freud & Cia. con sus respectivas cohortes de admiradores, tratan de imponer a la sociedad paranoias que no sólo no tienen sustento en cualquiera que haya dedicado algo más de dos tardes a pensar en las cosas importantes, sino que son absolutamente falsas desde una perspectiva científica. 

Vivimos en una sociedad cuya moral -el conocimiento del bien y el mal- está manipulada por unos cuantos desarrapados mentales (véase también Bibiana Aído o Pedro Zerolo) que juzgan bueno aquello que coincide con sus intereses más bajos, con sus necesidades, con sus excentricidades, aunque poco a poco -demasiado poco a poco para mi gusto- igual que la ciencia derribó las barreras de un cristianismo preocupado por contener el irracional y violento islam, las religiones primitivas, paganas, bárbaras y brujeriles, hasta convertirlo en su principal defensor, baluarte e impulsor a través de las primeras universidades: la primera del mundo en Constantinopla en los S III y IV dC. y las primeras europeas en Bolonia, Palencia y Salamanca siglos después, fruto de un germen moral: la búsqueda de la verdad científica opuesta a la falsedad. 


Vayamos al grano 

 ¿A quién se le ha ocurrido alguna vez pensar en que para que nazca un nuevo ser humano es necesario el concurso de varón y mujer? Es una obviedad para cualquier crío, hasta para los malinformados niños de los 60, que creíamos en la cigüeña que venía de París. 

Ahora bien, nuestra candidez no nos impedía darnos cuenta de que sólo venía si había un papá y una mamá normales

Hoy en día que uno de los dos papás sea estéril no es un problema sin solución, hay bancos de semen, de óvulos y todo eso, que también son aprovechados por alguna descerebrada que otra que, ante la incapacidad de amar y por tanto de establecer un matrimonio consistente a causa de su desorientación, recurre al método expeditivo de traer al mundo a un hijo sin padre. Vamos, una de esas que presumirá de instinto maternal y querer lo mejor para su hijo. 

Y, sin embargo, hasta una cosa tan obvia como la necesidad de un papá que ponga la semillita en la barriguita de la mamá -además de ser lo correcto desde un punto de vista estrictamente moral- tiene ahora una explicación científica, aunque no la requiriese en absoluto quien tuviera dos dedos de frente. 

Porque según se desprende de la investigación realizada en la Universidad de Oregón, y citada aquí, las plantas y animales que también pueden autofecundarse tienen unos descendientes más fuertes y sanos cuando dejan de mirarse el ombligo, se fijan en sus congéneres y optan por una pareja sexual. 

La nueva generación fruto de esta unión tiene más probabilidades de disfrutar de una vida más larga que los hijos de «familias uniparentales» y sufren menos mutaciones genéticas. Obviamente los bancos de semen son alimentados por "papás", evitándose así mutaciones genéticas indeseadas. 

Además no hay aún mujeres que se autorreproduzcan -iría en contra de la moral, pero también de la ciencia, aunque visto lo visto uno puede esperarse cualquier aberración- para evitar "mancharse" con un macho enemigo, supongo que en el caso de alguna feminista anormosexual. Pero no hay que esperar tampoco a que la ciencia confirme que es amoral y negativo tener hijos sin padre o con familias anormosexuales. La naturaleza sabe lo que hace y por eso fija sus leyes. 

Curiosamente, la Ley de Dios y las leyes naturales descubiertas por la ciencia coinciden.







El papa Benedicto XVI, el SIDA (VIH) y los preservativos

Hoy 19 de abril de 2009 os iba a deleitar con un nuevo post sobre la Cienorgasmología, pero os haré esperar un poco más porque toca conmemorar una fecha especial: hoy hace cuatro años que el cardenal Ratzinger, mano derecha del inolvidable Juan Pablo II, fue elegido nuevo papa.


Mucho se ha escrito sobre él en relación al asunto de los preservativos; por un lado encontramos incontables, furibundos y descerebrados ataques para los que no son capaces de articular una oración subordinada, y por el otro lado sólidos argumentos defensivos. En algunos de los primeros podemos percibir el estilo humorístico de los que prefieren que les den las cosas pensadas, no vaya a ser que les duela la cabeza por intentar hacerlo por sí mismos. Aquí hay un buen ejemplo de pensamiento progre = idiota:




Sólo hay que pensar un poquito más para dar la vuelta a la viñeta de esta panda de gañanes y convertirla, por ejemplo, en esto otro:




Pero para no quedarnos sólo con un botón de muestra, añadamos, ésta opinión de un pobre directorzucho de Harvard (la mejor universidad del planeta) tomado de Óptica Libre. No os perdáis ni un enlace (en naranja) de los que adjunta, porque son imprescindibles, os copio su post completo aquí: 

Edward C. Green, director del Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la Escuela de Salud Pública de Harvard dice: "Soy un liberal en temas sociales y para mí es difícil admitirlo, pero el Papa realmente tiene razón. Las pruebas que tenemos demuestran que en África los preservativos no funcionan como método para reducir la tasa de infección por VIH." "Lo que en realidad encontramos es una relación entre un uso continuado de preservativos y una mayor tasa de infección. 

No conocemos todas las causas de este fenómeno, pero en parte se debe a lo que llamamos compensación del riesgo. Significa que quien usa preservativos está convencido de que son más eficaces de lo que realmente son, y termina por admitir mayores riesgos sexuales. Hace algunos años se comenzó a notar en África que los países con mayor disponibilidad de preservativos y mayores tasas de utilización de los mismos, tenían también las tasas más altas de infección por VIH. Esto no prueba una relación causal, pero habría debido llevar a valorar más críticamente los programas relativos al uso preservativos". 



Para contrastar con este dato, estaban los de "al menos 8 o 9 países africanos donde el VIH está en declive" y donde, según Edward C. Green, "en todos los casos, la proporción de hombres y mujeres que declaraban tener muchos compañeros de relaciones sexuales había disminuido desde algunos años antes de que se registrara el descenso de infección por VIH", y ello a pesar de que los programas de prevención seguían centrados en los preservativos: "Este amplio cambio en el comportamiento, por tanto, se produjo a pesar de los programas, que pusieron en énfasis en elementos que, al menos para África, eran erróneos".

Green va más allá: “También me di cuenta de que el Papa dijo que la monogamia era la mejor respuesta al Sida en África. Nuestras investigaciones muestran que la reducción del número de parejas sexuales es el más importante cambio de comportamiento asociado a la reducción de las tasas de contagio del Sida”. "Sin embargo - argumentaba a finales de 2007 en una conferencia en Sudáfrica - los programas patrocinados por los más importantes donantes no han promovido la monogamia, ni siquiera la reducción de diferentes parejas. Es difícil entender por qué. Imagínense que se pusieran sobre la mesa 15 millones de dólares para luchar contra el cáncer de pulmón. Sin duda tendríamos que estudiar el comportamiento de los fumadores: consejos para dejar de fumar, o al menos reducir los cigarrillos al día". 

Jeffery T. Kuhner en el Washington Times: "Los críticos del Papa no tienen que mirar a África para encontrar evidencia de que el uso de condones no es eficaz contra el sida. Basta con mirar a Washington D.C., donde el número de infectados aumentó el 22% entre 2006 y 2007. El 6,5% de los varones negros de la ciudad es seropositivo. En 2008 se repartieron 1,5 millones de condones. Llueven condones y la tasa de sida sube como la espuma. La contracultura de los 60 ha vencido. El culto del condón no tolera otros dioses". 

ACTUALIZANDO: Y es que el periódico oficial del Vaticano, L’Osservatore Romano, ha admitido implícitamente en su edición del pasado domingo el uso del preservativo como un medio de luchar contra el sida. Y reconoce en un artículo sobre la Iglesia y esta enfermedad, que los preservativos son eficaces “al 97 por ciento contra la infección” en condiciones óptimas, y “al 87 por ciento” en condiciones adversas, como ocurre en África. 

El periódico francés Le Figaro informa de que el diario vaticano asegura que este medio solo no basta para proteger de la enfermedad, pero sí reconoce su eficacia asociado a otros dos factores: la abstinencia y la fidelidad. L’Osservatore recuerda en este sentido una campaña llevada a cabo en Uganda, que se basaba en estas tres premisas (la campaña “ABC”, abstinencia, fidelidad y condón) y que convirtió al país en el único del continente “que obtuvo buenos resultados” en la reducción de la enfermedad”. 

Además, apunta Le Figaro, L’Osservatore incluye una entrevista con un misionero que es médico y ha estado más de 20 años en un hospital de Uganda. Según el misionero comboniano Daniel Giovanni Giusti, el preservativo tiene un papel importante en “epidemias localizadas y en grupos particulares: prostitutas, homosexuales y drogadictos”, aunque insiste que en la campaña ABC los dos primeros ejes –abstinencia y fidelidad- fueron los más eficaces, ya que crearon un cambio en el comportamiento. “El preservativo es un recurso para los que no aplican los dos primeros puntos del método”, apuntó. 

Los consejos de McCoy para lograr un matrimonio feliz

Hoy, una vez más, voy a tomar prestada la reflexión diaria que hace Sebastian McCoy en el Confidencial para que todos tengamos en nuestro arsenal algunas ideas útiles más con las que conseguir que un matrimonio funcione bien. He eliminado la parte que hace referencia a la economía y he copiado esto:




Les voy a contar los cinco trucos que hacen que, en mi modesta opinión, mi matrimonio funcione. Hay muchos más, pero éstos son la clave, los que nos recordamos todos los días Sonia y yo. 

Ustedes me perdonen las intimidades pero si lo hace el Consejero Delegado de una multinacional, sin apenas conocerme, en un almuerzo oficial ¿por qué no lo va a hacer McCoy sin apenas conocer a la mayoría de ustedes en esta columna oficial? Espero sinceramente que les ayude. 

1. Mi mujer sigue siendo mi mejor amiga; lo era antes de casarme con ella y lo sigue siendo una década después. Es un sentimiento recíproco. Nunca he tenido la necesidad de contarle algo a otra persona antes que a ella. 

Es verdad que el amor conyugal va más allá de la mera amistad pero gran parte de los matrimonios se hunden por la falta de comunicación, incluido el aspecto sexual. No hay que olvidar que la confesión, hablar, es previa a la comunión, actuar. Es el primer test que hay que realizar. 

2. Siempre hemos pensado que el secreto del amor perdurable radica en ensalzar lo bueno de la pareja y aceptar lo malo. Exactamente lo contrario a lo que ocurre en muchos matrimonios, especialmente conforme va pasando el tiempo. 

No está mal pararse a reflexionar sobre las virtudes y defectos del cónyuge, una vez transcurrido el periodo de EMT, enajenación mental transitoria. Sabiendo el terreno que se pisa, es más difícil caer en una zanja. 

Y, de partida, el hombre y la mujer, caso que nos ocupa, son esencialmente distintos en sus motivaciones, afectivas unas y racionales otros, y en las formas en las que se manifiestan. Cosas de la naturaleza. 



3. Una de las máximas que nos impusimos desde prácticamente el inicio de la relación es no irnos a la cama disgustados el uno con el otro. Se trata de un campo de batalla demasiado pequeño como para salir bien parado: la victoria es ínfima y, sin embargo, la derrota demasiado dolorosa. Saber pedir perdón con independencia de que la razón esté o no de tu parte es clave. 

El amor se sublima en la donación pero se alimenta con la renuncia. Y el perdón es una puerta de entrada inmensa a la reconciliación. Lo contrario termina conduciendo a la falta de respeto, algo que hay que cortar de raíz ya que sólo va a más y nunca a menos, resultado muchas veces de una frustración no comentada a tiempo. 

4. Las grandes cimas se conquistan paso a paso. Lo mismo ocurre con el amor matrimonial. Es un jardín que hay que regar todos los días. Los atracones son pan para hoy y hambre para mañana. Se trata de cuidar los pequeños detalles que no han de derivar en mercantilizar la relación. Cuidado con esto. No son muchas veces cosas las que hacen falta sino gestos, caricias, abrazos, compañía; sensación de sentirse querido, de ser la prioridad. 

Que en el trade off familia-trabajo la primera tenga la sensación de que vence, aunque sea por la mínima, por poner un ejemplo de aplicación colectiva que servidor también ha de poner en práctica más a menudo, abducido, como está, por esta columna diaria. 

5. Por encima del afecto a nuestros niños, en nuestro matrimonio prima el amor que sentimos (aquí da muestra de no saber qué es el amor, porque está todo el artículo hablando de hacer mientras aquí habla de sentir) recíprocamente como pareja. 

Al final los hijos han llegado para irse de nuestro lado, antes o después. Es ley de vida. Les dedicamos nuestros mejores años para que ellos a su vez, llegado el momento, dediquen lo mejor de su vida a sus propios chicos. Nuestros cuatro vástagos, cinco en breve, son siempre lo segundo en nuestro árbol de decisión, a mucha distancia de lo que conviene a la estabilidad de nuestra unión. 

Esa vorágine en la que ha entrado el mundo moderno en el que no hay espacio para los cónyuges por la plétora de actividades de la progenie es absurda. Hay que tener presente que todo lo que no se cuida, se pierde, salvo los propios hijos que, aun llenos de atenciones, terminarán por partir en busca de su propio destino. 

Nos hemos casado con nuestro marido/mujer, no con los frutos de ese matrimonio que no pueden convertirse en refugio de la propia infelicidad.


A vueltas con la religión y la evolución

Hoy, que todavía estamos en Cuaresma, quiero traer a colación un tema sobre el que ya hemos hablado largo y tendido, pero que ahora cuenta con una nueva confirmación científica: que la religión es inseparable de la evolución. El estudio que recoge una de mis fuentes favoritas y que reproduzco íntegro a continuación no precisa si la religión estudiada es la cristiana, pero tampoco es que haya que ser un lince para darse cuenta de que es la más adaptativa de entre todas, aunque ciertamente todas contribuyen a la mejora del ser humano y las sociedades respectivas en algunos aspectos en comparación con los regímenes ateístas como los que surgen del socialismo, incluido su vástago predilecto: el nazionalsocialismo.



La religión puede haber surgido en el transcurso de la evolución humana debido a su capacidad para ayudar a las personas a ejercer el autocontrol, una habilidad crucial para tener éxito en la vida. 

Un nuevo estudio realizado en la Universidad de Miami por el profesor de psicología Michael McCullough muestra que las personas religiosas tienen mayor autocontrol que sus semejantes menos religiosos. 

Estos resultados implican que personas con hábitos religiosos pueden ser buenas en perseguir y alcanzar metas a largo plazo que son importantes para ellas y para sus grupos religiosos. 

Entre las conclusiones más interesantes a las que el equipo de investigación ha llegado se encuentran las siguientes: 

  • Los rituales religiosos como la oración y la meditación inciden directamente en partes del cerebro humano que son muy importantes para la autorregulación y el autocontrol.
  • Cuando las personas ven sus metas como "sagradas", ponen más energía y esfuerzos en alcanzarlas, y por consiguiente, existen más probabilidades de que consigan su objetivo. 
El estudio de McCullough sobre la religión y el autocontrol contribuye a conocer mejor "cómo la misma fuerza social que motiva a las personas a realizar actos de caridad y generosidad, también puede inducirlas a atarse cinturones-bomba y hacerlos estallar con ellas en un autobús atestado de gente", explica McCullough. 

Viendo la religión como una fuerza social que proporciona a las personas recursos para controlar sus impulsos (incluso, en algunos casos, el impulso de la autopreservación) con el objetivo de alcanzar metas ambiciosas, es obvio que, tal como señala McCullough, puede inducir a las personas a hacer cualquier cosa. Scitech News 

En el fondo, una vez más, la sutil diferencia entre la libertad de hacer y la incapacidad de no hacer contra la adaptativa libertad de hacer y de no hacer.


Comienza la Cuaresma, ¿qué hago?

Para los que aún no se enteran de qué va la película, y para los que sí, el aparentemente caprichoso Caos nos regala una oportunidad para vivir más satisfechos gracias a una práctica que, alejada de exageraciones y masoquismos, nos ayuda a ser mejores personas para con nosotros mismos y, por supuesto, para los demás. 

El devenir de la vida y, sobre todo, la exposición a los impactos de los medios de comunicación contribuye a debilitar nuestra coherencia interna: la que hace de nosotros personas íntegras siguiendo el ejemplo de aquellos personajes antiguos que mantenían su palabra y sus principios contra viento y marea, frente a la molicie actual que nos permite actuar no en función de ellos, sino de nuestras apetencias. 

A fuerza de relajo en las costumbres, uno se convierte en veleta de las circunstancias, en masa doblegada a cambio del panem et circenses de los poderes públicos y mediáticos. El resultado no puede ser otro que el fracaso vital; desde uno mismo hacia fuera, abarcando toda la sociedad. 

Para fortalecer el dominio de sí mismos, como si de unos bíceps espirituales y conductuales se tratara, algunos proponen una abstinencia tecnológica, otros privarse únicamente de uno de los placeres con que a diario nos agasajamos, otros equivocadamente hacer deporte y dieta para adelgazar. 

Yo, en el marco estricto de este ámbito virtual común que compartimos, me propongo algo muy sencillo y nada doloroso, pero que sí implica fortalecimiento de consciencia para luchar contra mi −os confieso− ligera relajación. 

No, no penséis que se trata de esto, es algo mucho más light pero precursor potencial de algo más hard; simples miradas seguidas de pensamientos de esos que antes nadie dudaba en calificar de lascivos pero que ahora dejamos de categorizar como algo malo por aquello de no resultar demasiado poco progres.

Durante esta Cuaresma voy a poner en práctica las estrategias que propuse hace tiempo a los más débiles de voluntad, aquellos que en algún momento de sus vidas carecen de libertad real porque viven encadenados a unas pulsiones primarias (de animales) que les traen a mal vivir. 

Lo haré con el mismo ánimo que un deportista hace una concentración o un clínic: reforzar mis fortalezas y atenuar mis debilidades, pero sobre todo para estar más permeable al Espíritu Santo. 

Me explicaré con más concisión: se trata de volver a encender la luz de la consciencia vigilante, de abrirse paso entre la acumulación de ruido mental, de exceso de información, de miedos y deseos que nos llevan a convertir en rutina el pensamiento automático, irreflexivo y consecuentemente a actuar del mismo modo. Para lograr que la conducta se acerque a sus principios inmaculados sin contaminarla con nuestras primariedades, porque somos hijos de Dios. 

Estoy seguro de que a casi todos nos vendrá bien repasar y practicar aquellos ejercicios para convertirnos en mejores personas. 

¡Ánimo!