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Pero tonto, tonto. (Otro feminista solemne, o sea, tonto, y malo)

Tontos son los que lo parecen y la mitad de los que no lo parecen. 
  Baltasar Gracián


En este mundo hay aproximadamente un cincuenta por ciento de personas que son meras baterías del sistema (80% para Pareto), personas que o bien viven en todavía en el guindo como los monos, o en
una mentira permanente tipo Matrix. 

Aunque cuando uno se pregunta por qué pasan estas cosas acabe por entender que todos los sistemas de población animal replican esa división gradual entre chusma ineficiente y masa eficiente con sus élites de bobos solemnes o de individuos excelentes respectivamente, no es precisamente que se le pase el cabreo a uno. Porque no me diréis que no es desolador. 

Este enfado o frustración suele desencadenarse, o al menos ocurre en mi caso, cuando leo o escucho a ciertos personajes que van de ilustres científicos decir idioteces como catedrales. La idiotez que os traigo hoy es de prenderle una traca valenciana. De El País tenía que ser. Dice (en cursiva) el pobre este que se cree tan listo, después de soltar su estúpida parrafada vacía, literalmente que:

“Pero, siendo inerme e inerte, el universo no es sexista empero, el cerebro, como órgano del raciocinio y la emoción, ¡si que lo es! Como más adelante expondré. 

Ejemplo de las diferencias entre los sexos En promedio, el cerebro humano es de mayor tamaño en el hombre que en la mujer. Sin embargo (¡sorpresa!) la proporción: cerebro/peso del individuo, que constituye un índice más adecuado del verdadero desarrollo del encéfalo en la persona, que el de su peso absoluto, nos indica que la hembra de nuestra especie está dotada con un cerebro de mayor magnitud que el del hombre. 

No lo olvideis, mientras que ¡adiós! decimos, al machismo arrollador y petulante.” 

Ejem. Para entrar en calor podríamos empezar por mofarnos −muy útil si sufres el síndrome postvacacional− de la idea de este pobre diablo que tiene que hacerse perdonar por tener cola y no chirri, es su idea del universo, porque para este Einstein de pacotilla, ¡es inerte!, ¡estático!, ¡el universo está muerto! 

Claro, y ¿cómo no va a ser inerme? (le gusta escucharse al pobre diablo, por eso utiliza palabras presuntamente elegantes cuyo significado desconoce absolutamente) si un muerto no necesita, porque no puede usarlas, armas ("inerme" significa "sin armas") para defenderse de nada. 

Pero fijaos, además de en sus faltas de ortografía y puntuación, en esta frase concreta: “la proporción: cerebro/peso del individuo, (que) constituye un índice más adecuado del verdadero desarrollo del encéfalo en la persona” Va el mentecato y se inventa una norma según la cual lo importante no es lo grande que tenga uno el cerebro, y mucho menos su relación sistema límbico/neocórtex -dicho de otro modo: cerebro animal/cerebro evolucionado- sino su tamaño en relación al cuerpo. 

De manera que si uno es canijo es más listo que si es un gigante; o sea, Pau Gasol le parecerá idiota perdido y Torrebruno un Einstein. Será de esos que piensan que los enanos tienen la cola más grande que las personas normales, o que un ordenador es más potente si está ubicado en una habitación canija estilo solución habitacional sociata que si lo está en un hangar de un aeropuerto. En fin. Todo este desvarío para justificar su prejuicio progre: que el mundo es "machista". 

En fin, que el Trofeo de Idiota de la Semana esta vez ha correspondido a... Antonio Moreno “Investigador”