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Soy un adicto a las almejas. Ejemplo de encadenamiento de orgasmos orales

Vascongadas, EspañaRecuerdo que hace unos diez años, un antiguo compañero de trabajo que rondaba la cuarentena, me sorprendió un día con una frase que no podía creer. Me perdonarán la chabacana expresión, pero es literal. Me dijo: “A mí no me gusta comer coños”. Desde ese día lo he pensado muchas veces, y he seguido sin creerme que hubiese gente con tan mal gusto como el pollo aquél. Pero tiene que haber de todo en la Viña de El Señor, un ejemplo de cada una de las posibilidades, quizá en su caso debido a una educación rígida, propia de un padre militar de baja graduación.

Acompasarte con sus sensaciones en el sexo oral

imageYa hemos comentado alguna vez que la postura del misionero permitió un salto evolutivo enorme a la humanidad, porque puso la semilla de la relativa igualdad entre varones y mujeres. Gracias a la denostada postura, la mujer dejó de ser un mero objeto de la satisfacción sexual masculina vuelta de espaldas a cuatro patas como los animales y pasó a transmitir con sus expresiones faciales aquello que sentía, lo que obligó al varón a tenerla en cuenta precisamente por la imposición de la empatía sobre él, de modo que espejeaba sus expresiones de placer, indiferencia, despiste, dolor, desagrado… Las sentía en sí mismo. La Cienorgasmología, también lo hemos dicho ya, supone el siguiente salto evolutivo, pues obliga al varón a autocontrolarse y dedicarse de lleno al placer de su mujer antes que al suyo.

¿Importa el tamaño? (Del pene o la pena)

Ya hemos comentado en otras ocasiones que el cerebro tiene un funcionamiento curioso, y que si los medios de comunicación nos dicen que somos los que menos chingamos de Europa nuestra autoestima nacional −si es que queda algo del orgullo de Raza− se resiente. Ni por asomo se nos ocurre pensar que quizá es que tengamos mejores cosas que hacer, por ejemplo salir a tomar una caña (de cerveza, traduzco para los lectores de Hispanoamérica) −unas cañas antes de la crisis− con los amigos; ni que con qué argumento se defiende que sea mejor echar cinco kikis a la semana que dos.



Y si nos dicen a los machos hispanos que un famoso ponrstar tiene un mango de 25 cm. sufrimos un ataque de envidia y depresión. ¿Estamos tontos o qué? ¿Es que más es mejor? Dudo mucho que ningún pornstar del planeta nos llegue a los cienorgasmólogos a los talones. De hecho los que habemos repartidos por el mundo −al menos cinco que sepamos por las estadísticas del Blog más este servidor− sabemos que no, que importa más la calidad que la cantidad, pero aún así el asunto sigue dándonos dolores de cabeza, sobre todo porque las féminas últimamente parecen tan insatisfechas con las prestaciones de sus compañeros de cama que sienten la necesidad de probar a ver qué tal con ese fálico vegetal del hipermercado. 


Total, igual que las toallitas higiénicas para bebés las usamos los mayores para limpiarnos salvas sean las partes después del sano fornicio, podemos comprar tranquilamente un kilo de calabacines porque nadie va a pensar que antes de preparar la sabrosa crema vamos a aprovechar uno para hacer experimentos, sin tener que pasar la vergüenza de entrar en un sexshop ¿verdad? ¿O soy un malpensado?



Las marditas estadísticas

Según las estadísticas, los españoles e hispanoamericanos caucásicos nos movemos de media en una franja que va de los 12 a los 16 centímetros de largo y alrededor de 3.8 cm. de diámetro. Los africanos nos ganan por unos cuatro cm. de largo y 1.2 de diámetro. Dejando aparte aspectos como el mayor grosor de la piel de africanos y mestizos que pueden requerir mayores dimensiones para que ellas se enteren de algo, parece obvio que la naturaleza, una vez más, muestra su sabiduría.

Porque... ¿quién y para qué quiere tener un cacharro descomunal? Hace unos días hemos podido ver a Antonio Lobato, el presentador de la F1 en la TV de España, probar un R24 en el circuito de Magny Cours, uno de los coches con los que Fernando Alonso consiguió sus dos campeonatos del mundo, y el pobre ni se acercó a los tiempos que Magic emplearía haciendo el recorrido marcha atrás. También vemos que algunos de los jinetes de los pepinos más impresionantes de la temporada actual dejan mucho que desear a la hora de sacarle todo el jugo a su aparato. Evidentemente es necesario tener un material mínimamente competitivo, pero igualmente hay que reconocer que lo importante es la calidad del piloto.


Más absurda es la pretensión si tenemos en cuenta que la vagina tiene unas medidas de 8 cm. de longitud por la parte anterior −la más cercana a la vejiga y al abdomen− y de 12 por la posterior, lo cual quiere decir que pasando de 12 cm. lo más probable es que lleguemos a hacer tope en alguna ocasión, como cuando sentimos que la punta está tocando algo por ahí dentro −el cuello del útero− en posturas en las que aproximamos sus muslos a su abdomen. Un servidor −como español de raza de apellido visigodo− es de esos que no superamos los 17,0 X 5,0 y ya sabéis de sobra que no es precisamente que yo tenga problemas para satisfacer a las féminas.


El truco

Como nos recuerdan nuestros hermanos mexicanos en este vídeo, el responsable del orgasmo es el cerebro, así que olvidémonos de comeduras de coco y paremos la mente cuando un pensamiento deprimente de este tipo nos asalte. Y si alguna vez queréis regalar a vuestra mujercita una sensación de plenitud sin artificios vegetales o sintéticos, ahí va el truco: mete junto al churro uno, dos o más dedos con cuidado. Así de sencillo y de barato. Y, Bibi, vale tanto para el culo como para la cula. ¡Y no necesita pilas!




Sábado sabadete, kiki, siesta y diez minutos de orgasmete



Quizá el sábado es el momento ideal para hacerle a la reina de la casa un orgasmo de más de diez minutos, si te dejan los jodíos críos, claro. Si no, tendrás que esperar a que tengan quince años y se larguen con sus amiguetes al cine, o a las vacaciones para mandarles con los abuelos y poder practicar sin molestias varios días seguidos. Ésta última posibilidad es la ideal, porque si fallamos en el intento el primer día podemos volver a intentarlo el siguiente y así sucesivamente hasta que nos salga. Porque si sólo disponemos de un día y no sale, la posibilidad de que el virus del fracaso se nos grabe en el disco duro es bastante alta; así que estad atentos, y tranquilos, que no se hizo Zamora en una hora. Lo conseguís fijo.

Como ya vimos en la introducción a este tema, conviene aprovechar la siesta para aumentar las posibilidades de lograrlo. Empezaremos después de la comida haciéndole una buena tanda de orgasmos, en este caso utilizando especialmente cienorgásana. Digo especialmente porque si te has metido una suculenta paella regada con un par de jarras de tinto de verano helado en un chiringuito de la playa, tendrás la panza como el bueno de Sancho y corres el riesgo de provocarte una hernia de hiato −no es broma, os lo aseguro− si te tumbas sobre la parienta y empiezas a apretar la barriga. Como en cienorgásana el cuerpo está en posición vertical y no presionamos el abdomen, no corremos tanto riesgo de que parte del estómago se nos salga por el hiato esofágico del diafragma. Esta hernia afortunadamente suele tener fácil solución con una sesión de osteopatía −también os lo aseguro, aunque el centro que aparece en el vínculo no lo conozco y para los amigos lectores de otras partes del mundo mundial es como si nada− así que si bien no hay que alarmarse, más vale prevenir que tener la paella dando vueltas en el estómago hasta la hora de la cena y una acidez que os fastidie el plan.



PRIMERA ETAPA
Bueno, vamos al tajo: dale un repaso cienorgasmológico antes de la siesta, déjala exhausta, y tú resérvate si puedes para no perder ni un ápice de interés. El sueñecito a continuación es como estar en las nubes, abrazándola por detrás o despatarrados sobre las sábanas si hace mucho calor. Una maravilla, pero tú no vas a poder desconectar. ¿¿Qué quéee?? Si, hijo, sí; A quien algo quiere, algo le cuesta, y si quieres hacerle un gigaorgasmo de más de diez minutos tendrás que despertarte antes de que ella lo haga. Esto tiene múltiples compensaciones, de ellas hablaremos en otro post, así que merece la pena el sacrificio, aunque te resulte más duro que ponerte un cilicio, ya verás.
Como ya sabemos, cuando ella experimenta muchos orgasmos se queda como drogada, sin tensión arterial ni muscular, anestesiada. Y como lo hacemos después de la comida, la digestión va a contribuir a secuestrar sangre del resto del cuerpo y el cerebro. O sea, que la tenemos a punto de caramelo.

SEGUNDA ETAPA
Déjala dormir, quédate con ella un rato porque se dormirá más a gustito aún, tú relájate pero no desconectes totalmente −o si sabes usar tu despertador interno prográmalo para que te avise una media hora después (esto es facultativo)− porque toca volver al trabajo mientras ella duerme o está justo despertándose.
Este es un trabajo fino, en el que tienes que adaptarte lo más posible a ella, a sus ritmos y movimientos, así que pon todo tu amor y tacto en la obra, porque a estas alturas ella tiene desconectado el Sistema Nervioso Periférico (SNP) y si haces el zarpas frustrarás el plan reconectándolo otra vez. Si está tumbada de lado −la postura ideal para este menester− o boca abajo, actúa desde atrás; si boca arriba desde delante. Toca con cuidado, como si fueras a desactivar una bomba; si tocas cualquier parte del cuerpo ajena a su rajita estás haciendo que conecte su Sistema Nervioso Central (SNC) con esas sensaciones de esas partes del cuerpo, la sacarás del trance y a tomar por saco el experimento.
Toca suavemente su vulva, pero no el clítoris, sino más bien la entrada a la vagina, acariciándola con consistencia (suaveee) e intención, no vaya a pensar que tiene una mosca rondándole por ahí; recuerda que estará saliendo del plácido sueño y no sabrá muy bien qué está pasando. Ahora que todo su SNP duerme, su SNC sigue en stand by, por lo que estás activando únicamente la parte del SNP que inerva el área genital, con lo que su experiencia de la realidad se reduce únicamente a los inputs que le llegan por ahí. ¿Te imaginas lo que puede estar sintiendo? ¡Puff! Ella no está, ni tú, no están sus brazos, ni sus piernas, ni su cuerpo, relajada completamente, desconectada... Y ahí está únicamente su sexo enviando información placentera al cerebro. Alucinante ¿verdad?.
Sigue tocándole como tú sientes que tienes que hacerlo en cada instante, incluso metiendo uno dedo en su agujerito, para estimular la conexión chochete-cerebro; pero no aceleres ni seas brusco en ningún momento o le provocarás el típico orgasmo de pico con su consiguiente caída rápida. No te preocupes de si está teniendo o no orgasmos, recuerda a Bruce Lee. Simplemente sé agua por el cauce que ella te va mostrando.

TERCERA ETAPA
Es el momento de la penetration. Smooth penetration más bien. Trata por todos los medios de que la única parte de tu cuerpo que toque el suyo sea tu cola durante los primeros tres o cuatro minutos. Mójatela bien con saliva para asegurarte de que no haya ninguna tirantez desagradable producto del secado de los flujos del kiki pre-siesta. Penetra y muévete suavecito sin hacer tope con su pelvis. Recuerda: olvídate de su orgasmo y concéntrate en lo que ella te transmite en cada momento. Relájate tú también para aumentar tu sensibilidad a sus señales. Tarde o temprano entrará en un suave orgasmo que continuará durante su ensueño hasta que quieras.


Ah, recuerda que debes advertirle antes de la siesta lo que te propones, porque puede asustarse si siente que no puede moverse mientras el éxtasis le lleva a las puertas de la pérdida de consciencia. Si tras unos minutos de suave orgasmo sientes que está empezando a sentir ansiedad o miedo porque le es imposible bajarse de la nube voluntariamente, tú tranquilo, no pasa absolutamente nada; acelera, profundiza, hazle subir a un pico orgásmico intenso y déjala caer o, según percibas cuál de las dos será mejor estrategia, para. Háblale suavemente dándole confianza, acaricia su cuerpo y prepárate para alucinar con su relato de la experiencia. La primera vez es para recordar toda la vida.


¡¡Advertencia importante!! 

No empieces a practicar estas técnicas sexuales in antes leer este post. Podrías sufrir serios inconvenientes en tu vida sexual.

 



Capítulo 10 (y 2) - Ora(l) et Labora: Los Toques Orales en el sexo femenino


En esta segunda entrega del Sexo Oral Cienorgasmológico vamos a hacer una recopilación de los toques orales más eficientes de cara a proporcional la máxima satisfacción a la mujer. Empezaré por volver a recordar que hay que olvidarse de la lengua no porque no deba usarse, sino porque abusar de ella limita la aplicación de otros toques más eficientes. Recuerda también que en todos los toques orales hay que poner intención en lugar de hacerlos mecánicamente: o lo haces con firme consistencia mental del propósito que buscas o le harás cosquillas, le dará la risa y a ti se te bajará la moral y la pilila. También hay otros asuntos que tener en cuenta de capítulos anteriores y que conviene repasar: aquí y aquí.

Una advertencia esencial: ten en cuenta que normalmente a las mujeres les molesta que les toquen el clítoris directamente cuando aún no están muy excitadas. Esto no es una regla general, pues depende de que ya hayas o no conseguido atrapar su mente a voluntad y de que seas o no capaz de aplicar una firme intención en lo que vas a hacer; es decir, que si lo tocas prematuramente por torpeza, la cagaste Burt Lancaster, como dicen los Hombres G (lo siento, no he encontrado el vídeo de la canción); pero si lo haces con la intención concreta de atrapar su mente y con la técnica adecuada, conseguirás rendirla a tu dirección artística.

Que ella escuche tus ronroneos o el sonido húmedo de tu lengua por sus abajos contribuirá a atrapar su mente más eficazmente porque estás produciendo la activación de dos áreas: sensitiva y auditiva. Tampoco hace falta que te pongas a dar un concierto ¿eh? Todo en su justa medida.
Puede ser recomendable empezar por las ingles, incluso por los muslos antes de llegar a ellas para ir cogiendo temperatura, pero cuando consigas dominar la técnica podrás empezar por donde consideres en cada ocasión, en función del momento, la excitación, etc., incluso directamente sobre el clítoris y con una presión fuerte.


TOQUES EN LA VULVA: Se aplican a toda el área genital femenina, fundamentalmente a la parte más externa: los labios mayores.

- El hipopótamo: Se trata de abarcar toda la vulva con la boca. Es un buen toque para empezar porque evitas tocar el clítoris directamente, pero sirve para cualquier momento. Mueve sus gitanales con tu boca como si estuvieses amasando o comiéndote una gran bola de helado blandito, cambia de posiciones.
- El tiburón: Es como el hipopótamo, pero con dientes ;-) No sé si a todas las mujeres les gusta, pero a algunas sí. Que muerdas (¿Te advierto que con control o ya lo has supuesto, Einstein?) cambiando de lugar, transversalmente, longitudinalmente; también en la zona base del clítoris (cogiendo mucho cacho carne, no se te ocurra morderle la pepitilla o te atizará un guantazo) incluso la zona donde se asienta el vello púbico. Puede gustarle mucho, sobre todo si los ánimos anticipan un kiki “fuerte”, de los de macho posesivo y mujer poseída.
- La brisa: Consiste en soplar suavemente. Es una técnica muy útil para los intermedios entre toque y toque o para kikis sensibles (de esos que algunas se empeñan en asimilar al amor). Especialmente útil para refrigerar sin enfriar o para incrementar su sensibilidad. Vale para los labios menores y vagina.
- Pepe Pótamo: Consiste en aplicar hiposoplidos huracanados, fríos (poniendo la boca como para silbar) o cálidos (con la boca abierta, como echándole el aliento). Muy útiles para calentar, para incrementar su sensibilidad a los contrastes y para enfriar, especialmente en verano, cuando tiene la almeja a la marinera de tanto metesaca, o cuando de repente un día pillas el truco a la Cienorgasmología y le metes 100 goles sin casi sacarla mientras ella no da crédito a lo que está pasando. En casos extremos un poco de agua fresca, una lata fría de cocacola (ponerle la lata, no echarle encima la cocacola, animal) o un abanico tampoco vienen mal ;-) Vale también para los labios menores y vagina.
- El ñoño: Consiste en dar suaves besos por toda la zona. Pon intención, o pensará que eres un adolescente primerizo y blandengue agradecido por sus favores y que tu libro favorito es El Principito. Es decir, proyecta “energía mental” activamente, no la absorbas a lo vampiro.
- El zalamero: Aplicar la lengua como si estuvieras dando lenguetadas a una gran piruleta, por donde percibas que tienes que hacerlo.
- El mamón: Lo conseguiremos atrapando con tus labios cualquier parte de o toda la vulva y succionando como si mamáramos. Igual que en el caso del ñoño, ten en cuenta que como se te ocurra volver a la infancia te perderá el respeto para siempre ;-)
- La pedorreta: No te rías, no, jejeje, que va en serio. Se trata de hacerle pedorretas con la boca rozando levemente su piel para hacerle unas agradables cosquillas. Es muy importante mirarla con seguridad al hacerlo (si la postura te lo permite), o creerá que estás haciendo el ganso y se te escapará su mente, incluso puedes levantar la cabeza para ver si su respuesta es la que buscas o la has pifiado. También pueden hacerse más bestias si la ocasión lo permite, por ejemplo si hay risas y tal y cual.
- El jeta: frota toda tu cara contra toda la zona, nariz incluida. Ten cuidado si tienes la barba de tres días dura como un cepillo de alambre o le harás un doloroso peeling que le dejará el territorio escocido un par de días.


TOQUES EN LA VAGINA (Puedes separarle o no los labios mayores)

- El oso hormiguero: Consiste en introducir la lengua en la vagina como hace el plantígrado, pero en lugar de buscar hormigas, tú busca el fondo. No vas a conseguir nada por tener la lengua más larga, lo que está sintiendo la mujer es todo tu morro apretándole la vagina y la vulva, así que mueve la lengua con intención, pero mueve los hocicos también como un cerdo hozando en busca de una trufa.
- El alfarero: Ve metiendo progresivamente la lengua en su agujerito haciendo círculos como si fueses un alfarero haciendo la boca de un vaso de arcilla, o como si fuese tragada por un remolino, desde afuera hacia adentro. La velocidad e intensidad dependen del momento que quieras crear. Puedes ir de fuera adentro y de dentro afuera, pero como siempre, no maquinalmente.
- El puñetero: Pásale largamente la lengua por un lado de la entrada a la vagina, ella pensará que el siguiente lenguetazo irá al mismo sitio, así que haz una pausa y cambia de lado.


TOQUES EN EL CLÍTORIS

- El golosón: aplica toda la lengua, no la punta, a los lados del clítoris, a un lado y al otro, a la raíz y a la parte opuesta. No siempre del mismo lado, no repitas mecánicamente.
- El pornstar o clásico: Ya lo sabes, sacas la lengua y le das caña por donde quieras hacerlo.
- El finolis: Si eres de los exquisitos que sólo quieren lo mejor, descubre el clítoris apartando su prepucio con dos dedos y pásale la lengua suavemente. Si no está muy excitada, a ella le dará un calambre y ella a ti otro guantazo. También puedes aplicar aquí La Brisa.
- El pez grande o pezón: Trátalo como si fuese un pezón, chúpalo como si estuvieses mamando de la teta. Le puedes hacer un orgasmazo increíble sólo con ésta técnica, pero que no sea el primero.
- El desdentao: Muérdelo suavemente protegiendo tus dientes con los labios.

La mayoría de estos toques se pueden combinar con toques digitales libres particularmente introduciendo uno o dos dedos en su vagina para estimular el punto G (no tiene nada que ver con los Hombres G, ¿eh?), que no es otra cosa que parte de la rama que inerva la sínfisis del pubis procedente del mismo nervio (nervio pudendo) que inerva el clítoris (nervio clitorídeo) en la pared anterior de la vagina (¡Tanto misterio y tanta leche, hombre!).

Con este exhaustivo pero no absoluto repertorio podrás hacer maravillas; combina los toques como te parezca que debes hacerlo en cada momento, las intensidades, las pausas, los ritmos... Y en el próximo capítulo veremos ejemplos concretos de conciertos orales.




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