Sin piedad - El encadenamiento de orgasmos (I)

El de este post parece el título de una película de Clint Eastwood o alguna triste realidad de los carniceros de turno, pero nada de eso va a haber. Seguramente algún sinmente me acusará de incitar a la violencia machista; de dar pie a la violencia por utilizar un lenguaje manifiestamente violento. Quizá sean los mismos que acusan de incitar al maltrato doméstico a los que critican que se elija un gobierno en función del número de orificios anatómicos de sus componentes, en lugar de por su experiencia, conocimiento, madurez, solvencia, credibilidad, prudencia, etc., etc., así que perfectamente puede mandárseles a paseo como a una pesada mosca cojonera, porque como la opinión aún es libre en esta parte del mundo precivilizado, mal que le pese al amigo Gaspi, voy y digo lo quiero decir.

Así que vamos a explicar sin lenguajes políticamente correctos una de las claves de la Cienorgasmología. Como siempre, alguno os habréis adelantado a este post, pero a los que aún no han llegado les vendrá de perlas.



Una hora = sesenta minutos

Después de un orgasmo, tanto hombres como mujeres sufrimos un periodo en el que no nos apetece que nos toquen por ahí, los hombres particularmente solemos quedarnos KO y las mujeres con el chirri y aledaños hipersensibles, de forma que si les tocamos el clítoris puede pegar un brinco de desagrado. Nos sentimos tan refractarios al contacto y al movimiento como a volver al trabajo un lunes después de las vacaciones.

No es estrictamente obligatorio que ocurra así, aunque reconociendo que desconozco las razones de la Madre Naturaleza para disponer las cosas de este modo, hay que decir que sí es estrictamente lo normal, la norma. A fuerza de tiempo y práctica, esos esquemas se consolidan hasta el punto de hacernos creer que tienen que ser así y sanseacabó, no hay más opción. Pero no.

Y entonces, si hay período refractario de ese ¿cómo narices conseguimos meter cien orgasmos en una hora? Treinta en una hora vale, pero si una hora tiene 60 minutos, tendremos que hacerle uno cada menos de un minuto, si cada orgasmo requiere un mínimo de tiempo de preparación, tiene una duración y después de cada uno le gusta estar un rato descansando y sintiéndote dentro pero sin que te muevas... pues no salen las cuentas, es absolutamente imposible.


El camarote de los hermanos Marx

Ya sabemos que hay quien opina que los modelos clásicos deben ser erradicados en aras de una mayor satisfacción en los encuentros sexuales. Debe ser que no funcionan más que de forma mediocre en la cama y al desconocer las soluciones apropiadas, andan cavilando si sentar a Fernando Alonso mirando hacia atrás a ver si así queda más adelante en las carreras, o hacerle sacar el brazo del cockpit para señalizar con prudencia un adelantamiento para que le dejen pasar. Son nuestros ilustres espertos sesuales que niegan la evidencia porque hacerlo significaría darnos la razón a los cienorgasmólogos, reconocer que son expertos de la nada, de la indefinición, de la desorientación, de lo políticamente correcto como muestra de que uno puede ponerse sin rubor por montera la cita célebre de Marx (el bueno): “Estos son mis principios, pero si no te gustan tengo otros”, ora potenciando los aspectos románticos de la sexualidad, ora promocionando la viagra o un papel más activo de la mujer o el uso de cachivaches sexuales. O sea, que como no tienen ni idea de qué va la historia, se limitan a recomendarlo todo, y si no funciona una cosa, pues te proponen probar la contraria. Pero que conste que han estudiado una carrera universitaria, ¿eh?.


Sin piedad

El secreto de la Cienorgasmología y concretamente el del encadenamiento de orgasmos femeninos no reside en la indefinición, en la ambigüedad, sino en dejar de escurrir el bulto y reconocer lo obvio: con las lógicas excepciones que construyen las reglas, la responsabilidad de la satisfacción sexual de la pareja recae indudablemente en el hombre. Es el hombre el hacedor y la mujer la receptora.

Así que a riesgo de que los Torquemadas laicistas me quemen en la pira de lo políticamente correcto tengo que decir las cosas como son: para incrementar exponencialmente la satisfacción sexual hasta límites insospechados, la clave es no tener piedad con nuestra mujercita, no respetar sus periodos refractarios en los que le apetece relajarse. De ninguna manera y pase lo que pase. Ya sé que suena muy fuerte y que alguien puede pensar que es una atrocidad o un imposible, de hecho en las primeras ocasiones en que se practica puede llegar a desagradar bastante porque se rompe un hábito muy consolidado, pero tened en cuenta que más allá de la frontera que nadie se atreve a franquear, sólo para los elegidos, está el éxito.

La mujer puede sentirse realmente molesta y pedirte que pares, tú tendrás tentaciones de parar porque como sabes que a ti no te gusta que te incordien después de correrte, te ablandarás, porque para eso tienes neuronas espejo. Pero no cedas, no tengas piedad aunque te implore que pares por tus muertos. En un par de días lo verá normal; es más, ya no perderá el deseo en ningún momento y a la larga no querrá que te detengas a menos que esté absolutamente exhausta físicamente.

Hoy me despido hasta un próximo post en el que ahondaremos en los modos de lograrlo, no sin antes recordar que el encadenamiento de orgasmos es una de las claves con mayúscula de la Cienorgasmología. Así que permanezcan atentos a sus pantallas si no quieren perdérselo.



4 comentarios:

  1. Anónimo20:00

    Post un poco flojo Maestro, a la espera del siguiente sobre el tema, o en su defecto, el de Traserete.No dices nada que yo no sepa...

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  2. Anónimo20:13

    No te enfades amigo cienorgásmico, ésta es la introducción ggg.Cierto que es algo flojo.Tengamos paciencia.

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  3. Lo asumo, lo asumo, pero es que llevo una semana a tope y tengo la inspiración en los juanetes, prometo que el próximo será más sustancioso. A ver cuándo te animas tú y nos cuentas algo.

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  4. Anónimo15:14

    Sí, bueno, ya me había encargado Traserete algo...ejem...en cualquier momento te sorprenderemos con algo Cienorgásmica y yo, no te preocupes.
    Traserete me ha pedido una especie de crónica de cómo vivimos la Cienorgasmología...mmm...lo cual...siempre lo voy dejando dejando...
    ¿Algo más?yo quiero el libro!!pero eso parece chungo de hacer por el momento según me han dicho.
    Por cierto, enhorabuena al resto de cienorgásmicos que hay por estos lares, nos alegramos un montón ggg.
    Gatoni anda!Estírate un poco un cuéntanos algo de tus experiencias cienorgasmológicas anda!
    Saludos.

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