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A la cama... ¡a leer!

Durante estas cortas vacaciones he dedicado algún rato a profundizar en la 2ª Regla: el Refuerzo Negativo. Me quedé con la sensación de que se me quedaba algo importante en el tintero y como no me proponíais ningún truco más, seguramente porque sois jóvenes y la combinación de pasión, novedad y etapa de vida os impide gustar las hieles de la monotonía, acabé por encontrar yo solito la idea que se me escabullía.

Seguramente todos recordaréis la imagen que me vino a la mente y que dio lugar a este post si os doy una pista: la típica película americana de familia feliz, tipo El padre de la novia, en la que aparece el matrimonio formado por el simpático Steve Martín y la fantástica Diane Keaton leyendo en la cama recostados en mullidos almohadones. ¿Sí?




PEDAGOGÍA MATRIMONIAL 

Pues ese es un claro ejemplo de truco de esta 2ª Regla. ¡Olé (algunos) los americanos haciendo pedagogía matrimonial!, igualito igualito que el cine basura que financiamos aquí los españolitos con nuestros desorbitados impuestos, ¿No entiende el desgobierno éste que si no hay competencia la gente no espabila y nuestro cine termina de deteriorarse? ¿No entiende que subvencionar mediocres es el mejor método de crear cine de pésima calidad? ¡Qué va a entender!

Ya hemos comentado anteriormente que el momento de irse al catre suele ser uno de los más desagradables de la jornada cuando una relación ya es añeja como un reserva de Rivera del Duero. 

Claro, la pasión ya se ha apagado; la piel es la misma de todos los días aunque con alguna arruga o imperfección más que contribuye a echar más agua a los rescoldos; iguales son los olores, los sabores... pero uno quiere seguir satisfaciendo a su mujercita... algo que no ocurre si el invento no se pone en formación de combate. 

Y no hay nada más antilujurioso que la perspectiva del sexo cuando uno no tiene ganas. El círculo vicioso desgana -> obligación -> flaccidez -> mal resultado -> más desgana... se consolida y termina con el superhéroe más invulnerable.



A LA CAMA... A LEER

Por eso seguramente este sea el truco definitivo para mantener una sexualidad activa por muchos años. Porque si nos vamos a la cama a dormir y percibimos una insinuación de la doña, nos aterrará tener que ponernos a cumplir; si es a chingar, nos apetecerá aún menos si es tarde, mañana toca madrugar y la cosa no promete más que un monótono raca-raca-raca... 

Pero si nos vamos a la cama a leer incrementaremos nuestra cultura, mantendremos la mente activa si somos mayorcitos o nos distraeremos de lo cotidiano y si surge la oportunidad por la razón que sea de echar un buen kiki, pues perfecto. Nuestra autoestima de machotes quedará intacta porque a la cama se va principalmente a leer y a dormir y nuestra mujercita no se sentirá no querida porque ya no nos pone cada noche como al principio.

Así, quitando uno de los principales miedos que pueden surgir con el paso de los años, conseguimos reforzar negativamente la actividad sexual y de paso, obtenemos los beneficios de una lectura interesante.