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El hombre que vio masturbarse a doscientas mujeres

Me ha llamado hoy la atención este artículo


Por varias cosas. La primera es comprobar cómo se tira el dinero en el campo de la investigación científica. ¿Cómo es posible -me pregunto- que un investigador se pase gran parte de su vida -y tiene 68 años- gastando dinero en una tontería semejante? Porque a lo que se dedica Komisaruk es a comprender los mecanismos que disparan este estado de entusiasmo, qué papel juegan las hormonas, los péptidos y las neuronas, y cómo se podrían provocar esas sensaciones de forma más intensa. Pero sobre todo porque asegura que: «Quiero encontrar una manera de aumentar el placer en la vida de la gente». Viagra, abuelo, lo que necesitas se llama Viagra.

Vamos a ver, caballero, una cosa es que usted quiera comprender esos mecanismos fisiológicos, y otra muy diferente es encontrar la manera de aumentar el placer en la vida de la gente, porque ¿pretende que nos pasemos orgasmeando todo el día? ¿Cómo que en la vida? Será durante las relaciones sexuales, ¿no?. Porque ya me dirá a mí usted quién iba a trabajar si pudiésemos provocarnos tan intensos placeres a voluntad, ¿el primero, el segundo o cuál?. 

Estos salvadores del mundo me enervan, poco, pero me enervan. Me da que es otro frustrado como aquel idiota del que nos reímos hace tiempo, que decía haber encontrado ¡por fin! el Punto G. Su mujer todavía debe estar esperando a ver si aprende a echarle un casquete decente, porque resulta que el dichoso punto ¡va y no existe!. 

¿Y cuál va a ser la manera de aumentar el placer en las relaciones sexuales? ¿Va a desarrollar nuevos modelos de cachivaches consoladores? ¿Alguna pastilla? ¿O sistemas de estimulación cerebral de las áreas del placer no invasivos? 

Eso ya está hecho, aunque con un método más cruento: electrodos en el cerebro de monos. El experimento consistió en colocar a los monos en jaulas con dos palancas, una de ellas activaba un mecanismo que abría el comedero y el bebedero, la otra estimulaba esas áreas del placer. 

¿El resultado? Los monos morían de inanición. Este capullo, porque no merece otro nombre, está tan entusiasmado por que al fin le hagan una entrevista en su puñetera vida, con lo listo que él se cree, que delira. Cada loco con su tema

De modo que incluiremos a Komisaruk en la sección de "La tontería regre de la semana" y de paso el daremos el premio al gilipollas del día, del que hace entrega, como siempre, Su Majestad el Rey Juan Carlos I de España.



¡Pues resulta que el Punto G va y no existe!

No, hombre, no!! No se nos puede hacer una putada semejante!! Toda la vida presumiendo de lo bueno que soy en la cama porque soy único descubriendo el Punto G de mis conquistas y resulta que el jodido no existe!!

Si
lo piensas con algo de detenimiento, el dichoso Punto G
no ha hecho más que justificar inutilidades. 

Capítulo 10 (y 2) - Ora(l) et Labora: Los Toques Orales en el sexo femenino


En esta segunda entrega del Sexo Oral Cienorgasmológico vamos a hacer una recopilación de los toques orales más eficientes de cara a proporcional la máxima satisfacción a la mujer. Empezaré por volver a recordar que hay que olvidarse de la lengua no porque no deba usarse, sino porque abusar de ella limita la aplicación de otros toques más eficientes. Recuerda también que en todos los toques orales hay que poner intención en lugar de hacerlos mecánicamente: o lo haces con firme consistencia mental del propósito que buscas o le harás cosquillas, le dará la risa y a ti se te bajará la moral y la pilila. También hay otros asuntos que tener en cuenta de capítulos anteriores y que conviene repasar: aquí y aquí.

Una advertencia esencial: ten en cuenta que normalmente a las mujeres les molesta que les toquen el clítoris directamente cuando aún no están muy excitadas. Esto no es una regla general, pues depende de que ya hayas o no conseguido atrapar su mente a voluntad y de que seas o no capaz de aplicar una firme intención en lo que vas a hacer; es decir, que si lo tocas prematuramente por torpeza, la cagaste Burt Lancaster, como dicen los Hombres G (lo siento, no he encontrado el vídeo de la canción); pero si lo haces con la intención concreta de atrapar su mente y con la técnica adecuada, conseguirás rendirla a tu dirección artística.

Que ella escuche tus ronroneos o el sonido húmedo de tu lengua por sus abajos contribuirá a atrapar su mente más eficazmente porque estás produciendo la activación de dos áreas: sensitiva y auditiva. Tampoco hace falta que te pongas a dar un concierto ¿eh? Todo en su justa medida.
Puede ser recomendable empezar por las ingles, incluso por los muslos antes de llegar a ellas para ir cogiendo temperatura, pero cuando consigas dominar la técnica podrás empezar por donde consideres en cada ocasión, en función del momento, la excitación, etc., incluso directamente sobre el clítoris y con una presión fuerte.


TOQUES EN LA VULVA: Se aplican a toda el área genital femenina, fundamentalmente a la parte más externa: los labios mayores.

- El hipopótamo: Se trata de abarcar toda la vulva con la boca. Es un buen toque para empezar porque evitas tocar el clítoris directamente, pero sirve para cualquier momento. Mueve sus gitanales con tu boca como si estuvieses amasando o comiéndote una gran bola de helado blandito, cambia de posiciones.
- El tiburón: Es como el hipopótamo, pero con dientes ;-) No sé si a todas las mujeres les gusta, pero a algunas sí. Que muerdas (¿Te advierto que con control o ya lo has supuesto, Einstein?) cambiando de lugar, transversalmente, longitudinalmente; también en la zona base del clítoris (cogiendo mucho cacho carne, no se te ocurra morderle la pepitilla o te atizará un guantazo) incluso la zona donde se asienta el vello púbico. Puede gustarle mucho, sobre todo si los ánimos anticipan un kiki “fuerte”, de los de macho posesivo y mujer poseída.
- La brisa: Consiste en soplar suavemente. Es una técnica muy útil para los intermedios entre toque y toque o para kikis sensibles (de esos que algunas se empeñan en asimilar al amor). Especialmente útil para refrigerar sin enfriar o para incrementar su sensibilidad. Vale para los labios menores y vagina.
- Pepe Pótamo: Consiste en aplicar hiposoplidos huracanados, fríos (poniendo la boca como para silbar) o cálidos (con la boca abierta, como echándole el aliento). Muy útiles para calentar, para incrementar su sensibilidad a los contrastes y para enfriar, especialmente en verano, cuando tiene la almeja a la marinera de tanto metesaca, o cuando de repente un día pillas el truco a la Cienorgasmología y le metes 100 goles sin casi sacarla mientras ella no da crédito a lo que está pasando. En casos extremos un poco de agua fresca, una lata fría de cocacola (ponerle la lata, no echarle encima la cocacola, animal) o un abanico tampoco vienen mal ;-) Vale también para los labios menores y vagina.
- El ñoño: Consiste en dar suaves besos por toda la zona. Pon intención, o pensará que eres un adolescente primerizo y blandengue agradecido por sus favores y que tu libro favorito es El Principito. Es decir, proyecta “energía mental” activamente, no la absorbas a lo vampiro.
- El zalamero: Aplicar la lengua como si estuvieras dando lenguetadas a una gran piruleta, por donde percibas que tienes que hacerlo.
- El mamón: Lo conseguiremos atrapando con tus labios cualquier parte de o toda la vulva y succionando como si mamáramos. Igual que en el caso del ñoño, ten en cuenta que como se te ocurra volver a la infancia te perderá el respeto para siempre ;-)
- La pedorreta: No te rías, no, jejeje, que va en serio. Se trata de hacerle pedorretas con la boca rozando levemente su piel para hacerle unas agradables cosquillas. Es muy importante mirarla con seguridad al hacerlo (si la postura te lo permite), o creerá que estás haciendo el ganso y se te escapará su mente, incluso puedes levantar la cabeza para ver si su respuesta es la que buscas o la has pifiado. También pueden hacerse más bestias si la ocasión lo permite, por ejemplo si hay risas y tal y cual.
- El jeta: frota toda tu cara contra toda la zona, nariz incluida. Ten cuidado si tienes la barba de tres días dura como un cepillo de alambre o le harás un doloroso peeling que le dejará el territorio escocido un par de días.


TOQUES EN LA VAGINA (Puedes separarle o no los labios mayores)

- El oso hormiguero: Consiste en introducir la lengua en la vagina como hace el plantígrado, pero en lugar de buscar hormigas, tú busca el fondo. No vas a conseguir nada por tener la lengua más larga, lo que está sintiendo la mujer es todo tu morro apretándole la vagina y la vulva, así que mueve la lengua con intención, pero mueve los hocicos también como un cerdo hozando en busca de una trufa.
- El alfarero: Ve metiendo progresivamente la lengua en su agujerito haciendo círculos como si fueses un alfarero haciendo la boca de un vaso de arcilla, o como si fuese tragada por un remolino, desde afuera hacia adentro. La velocidad e intensidad dependen del momento que quieras crear. Puedes ir de fuera adentro y de dentro afuera, pero como siempre, no maquinalmente.
- El puñetero: Pásale largamente la lengua por un lado de la entrada a la vagina, ella pensará que el siguiente lenguetazo irá al mismo sitio, así que haz una pausa y cambia de lado.


TOQUES EN EL CLÍTORIS

- El golosón: aplica toda la lengua, no la punta, a los lados del clítoris, a un lado y al otro, a la raíz y a la parte opuesta. No siempre del mismo lado, no repitas mecánicamente.
- El pornstar o clásico: Ya lo sabes, sacas la lengua y le das caña por donde quieras hacerlo.
- El finolis: Si eres de los exquisitos que sólo quieren lo mejor, descubre el clítoris apartando su prepucio con dos dedos y pásale la lengua suavemente. Si no está muy excitada, a ella le dará un calambre y ella a ti otro guantazo. También puedes aplicar aquí La Brisa.
- El pez grande o pezón: Trátalo como si fuese un pezón, chúpalo como si estuvieses mamando de la teta. Le puedes hacer un orgasmazo increíble sólo con ésta técnica, pero que no sea el primero.
- El desdentao: Muérdelo suavemente protegiendo tus dientes con los labios.

La mayoría de estos toques se pueden combinar con toques digitales libres particularmente introduciendo uno o dos dedos en su vagina para estimular el punto G (no tiene nada que ver con los Hombres G, ¿eh?), que no es otra cosa que parte de la rama que inerva la sínfisis del pubis procedente del mismo nervio (nervio pudendo) que inerva el clítoris (nervio clitorídeo) en la pared anterior de la vagina (¡Tanto misterio y tanta leche, hombre!).

Con este exhaustivo pero no absoluto repertorio podrás hacer maravillas; combina los toques como te parezca que debes hacerlo en cada momento, las intensidades, las pausas, los ritmos... Y en el próximo capítulo veremos ejemplos concretos de conciertos orales.




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Un sexólogo italiano asegura haber encontrado el Punto G

Un sexólogo italiano asegura haber encontrado el «punto G» femenino




Dicen por aquí que una investigación realizada por la Universidad L’Aquila de Italia defiende científicamente la existencia del punto G, al que se atribuyen los orgasmos vaginales femeninos, según publica «Journal of Sexual Medicine»

En el estudio, liderado por Emmanuele Jannini, participaron nueve voluntarias que afirmaban haber experimentado este tipo de orgasmo, y once mujeres que negaban haberlos tenido.
Los escáneres practicados a las participantes mostraron que el tejido situado entre la vagina y la uretra -lugar en el que otros estudios ya apuntaban que podría situarse el punto G- era mucho más denso en el primer grupo que en el segundo.



Según Jannini, esto podría probar la existencia del punto G, que hasta ahora muchos habían puesto en duda en el entorno médico.

«Por primera vez es posible determinar con una prueba simple, rápida y barata si una mujer tiene o no punto G, aunque el hecho de que no lo tenga no significa que no pueda tener orgasmos, ya que los podrá experimentar mediante la estimulación del clítoris», indicó Jannini (jajajajajajajajaja).


Elisabeth Lloyd, profesora de la Universidad de Indiana y autora del libro «El orgasmo femenino» («The case of the female orgasm»), considera que es preciso realizar una investigación más amplia para confirmar la localización del punto G y sus funciones (a ver si disfruto de una puñetera vez).



SPQR: ¿Senatus Populus Que Romanus
o
Sono Pazzo Questi Romani?



«Tan solo entre el 20% y el 25% de las mujeres tienen orgasmos vaginales durante las relaciones sexuales, pero no se sabe la razón (risas, muchas risas). El estudio italiano sólo lo explica parcialmente, pero podría ser un punto de partida que nos ayude a comprenderlo», indicó Lloyd.



A ver, señoras, las que hayan experimentado ya la Cienorgasmología, opinen, que la cosa tiene miga. ¿Tienen ustedes Punto G? ¿Les ha servido de algo saber que lo tienen? Ah, y los caballeros también. A mí particularmente nunca me ha interesado el asunto, ni me ha hecho ninguna falta.
Cuenten, cuenten.





Capítulo 5 - Atrapar su Mente: Conviértete en director de la orquesta de tu mujer


Deja que acuda a tu mente la imagen de un gran director de orquesta. Un maestro como Karajan capaz de organizar y dirigir un gran número de personas y complejos instrumentos, de los que extrae su fruto mediante un sutil lenguaje corporal: postural, gestual, y particularmente sus manos y su batuta, sintiendo nítidamente cada matiz de la música que está produciendo. ¿Resultado? Un feedback recíproco: la orquesta se ve reflejada en los movimientos del director y él siente el reflejo de su propia actuación sobre en ella a través de la música. Una sinfonía armónica que lleva a los que la escuchan a experimentar y gozar de las sensaciones y sentimientos que el autor de la partitura quiso transmitir cuando la creó.

Sin embargo, la actuación de la mayoría de los actores sexuales se parece más al bueno de Angus Young y su guitarra, o a este lumbreras anónimo, reproduciendo ritmos arrítmicos y cadencias monocordes, tan útiles para crear una melodía armónica como el aserrar de un carpintero. Atrofiada su capacidad de sentir la música a base de ruido y mucho menos capaces de transmitir sensaciones sutiles, cambios de tempo, de intensidad, de frecuencia, pausas y movimientos a su orquesta, poco placer pueden provocar en cuanto la pasión inicial del matrimonio decae. Son los que se basan en su experiencia con la zambomba masturbatoria arriba-abajo, como el papel higiénico, y frotar hasta acabar. Éstos pueden terminar produciendo algún sonido parecido a música, cierto, pero más por que existen instrumentos capaces de sonar aceptablemente sin dirección externa que por su habilidad inexistente. Tanto la buena música como las obras de arte quedan fuera de su alcance. A estos es mejor que sea la mujer quien les dirija. O como suele suceder, que cada uno vaya a lo suyo. Pero hacen el amor ¿eh?. Patético.

En el lado contrario, un maestro de la Cienorgasmología conoce a la perfección los instrumentos que componen la orquesta que va a dirigir, sabe cuál es el timbre, tono, volumen, tempo, sensibilidad... y umbral de saturación de las diferentes partes del cuerpo de su mujer. Un aprendiz o un mal director se dedica a buscar misteriosos puntos G que puedan producir algún sonido decente o ni eso, se queda con la búsqueda de su propia satisfacción mientras descuida instrumentos esenciales y su propio desarrollo. Para alcanzar la maestría es necesario prestar atención a la partitura que queremos interpretar, una pieza variada en intensidades y con pocos estribillos repetitivos, y a los instrumentos de que disponemos.



Vamos a verlos. Los toques con la pelvis que ya anticipamos en el anterior capítulo deben ser ahora manejados, pero en ausencia de imágenes ejemplificadoras por razones obvias, habrá que recurrir a descripciones con terminología más o menos ortodoxa. Para transmitíroslo sin recurrir a vídeos, voy a representarme mentalmente a mí mismo dirigiendo una obra concreta con una orquesta y describirlos lo que hago, cómo lo hago y lo que escucho. Tened en cuenta que esto no es una regla matemática, sólo una posibilidad entre muchas. Una advertencia previa: teatralizar es igual a no sentir, a fingir, a mentir, a exagerar... de modo que sé auténtico en lo que sientes. Si no sientes aún nada, ten paciencia, poco a poco empezarás a sentir la música que diriges y con un poco más de tiempo también llegarás a ser un maestro. La satisfacción que te proporcionarán los aplausos al final compensarán de sobra el trabajo.



TOQUES NATURALES DE BATUTA PÉLVICA

- Colócate en cienorgásana entre sus piernas. Entra en su cuerpo, pero no lo hagas ni como si estuvieras aparcando el coche ni tampoco como si fuese la escena de la película más ñoña que hayas visto. Sé natural, el momento te dirá cómo de rápido o de intenso. Siente, y sobre todo siente lo que ella siente.

- Un par o tres de empujones lentos, intensos, profundos y conscientes más para darle tiempo a que disfrute la sensación... y cuando toque salir retrocede sólo un centímetro o menos y vuelve a empujar, describiendo a la vez con tu pelvis un amplio semicírculo de lado a lado que frote pubis contra pubis. Es oportuno aprovechar la intensidad del momento para que ese arco sea profundo, que mueva todo su cuerpo con tu empuje. Ella sentirá una ola que sobrepasará los límites de su cuerpo y llegará hasta su cabeza. Muchas sensaciones. Y sorpresa. Retírate.

- Repítelo igual, consciente. Empieza por los dos o tres impulsos rectos y termina por la salida semicircular pero en el sentido inverso; no copies la profundidad del primer empuje, haz primero uno superficial o en dos etapas con parada intermedia para romperle el ritmo y capturar su atención mientras ella se pregunta: “¿qué va a hacer ahora? ¿qué está pasando?” Y tú lo estás viendo en su cara.

- Puedes repetir el movimiento, pero ella en ese momento ya se espera que lo hagas otra vez y empezaría a poder desconectar su mente de lo que le haces, así que aprovecha la oportunidad: rómpele el ritmo empezando con un pequeño arco y vuelve por donde viniste. Al llegar al final del arco... ¡sal!

- Quédate un momento sólo con la punta dentro, un instante que vuelva a capturar su atención expectante por lo que viene a continuación.

- Toca con una mano sus costillas flotantes e inmediatamente, justo cuando se pregunte qué estás haciendo... vuelve a entrar empujando y cuando llegues hasta el fondo no pares, elévate de modo que aplastes la base de tu cola contra su clítoris y sácala manteniendo la presión fuerte sobre él.

- Vuelve a entrar sin modificar la posición, con lo que volverás a frotar toda tu cola contra su clítoris en sentido inverso.

- Repítelo dos veces más, pero en la última, cuando llegues al fondo... sal describiendo otra vez un arco de circunferencia similar a los anteriores.

- Ahora no vuelvas por donde has venido, porque eso es lo que ella espera, así que continúa la circunferencia en el mismo sentido para sorprenderla.

- Vuelve a hacer otra circunferencia completa más mientras observas su expresión.

- Sal, ella ahora espera que sigas con intensidad, así que rompe su dinámica mental con un par de mete-sacas rápidos y superficiales.

- Para. Muévete muy despacio. Observa.


Ahora tienes que empezar a trabajar con la intensidad y el tempo, porque ella está esperando más, está totalmente entregada, sorprendida, en tus manos, así que ahora toca pasar de andante a allegro vivace y al definitivo allegro molto vivace progresivamente...


- Toca. Mírala. Sonríe. Pregunta ¿quieres más? No esperes a la respuesta.

- Di: “toma”, “más”, “vamos”, “siente”, “disfruta” o algo así para centrar su mente en el objetivo. Acércate más a ella y pega tu cuerpo al suyo mientras empujas profundo.

- Empuja tres o cuatro veces profundo y apretándote contra su pubis en cada final. Cambia.

- Sepárate. Empuja en semicírculo más rápido que antes pero igual de profundo ¿te sigue?

- Empuja tres o cuatro veces ¿te sigue? Continúa un par de veces más. ¿No te sigue? Para un instante... Toca. Sonríe con expresión de control. Di ¿Qué haces?. No esperes respuesta.

- Separa tu cuerpo del de ella y empuja en semicírculo en sentido inverso ¿Te sigue ya?

- Acelera los empujes ahora rectos. ¿Te sigue? ¿Sí? Pues sigue. Sigue, sigue... ya la tienes...


Si todo ha ido como yo imagino a estas alturas ya la has llevado a las puertas del primer orgasmo, así que sigue sin parar al ritmo de su respiración, armonizándote con lo que le haces sentir hasta el final. Ni se te ocurra pensar en dejarte arrastrar por ella, estás centrado en ella, y si este orgasmo se lo has hecho en cinco minutos, no la vas a dejar así. De modo que concéntrate en ella y en sus movimientos para olvidarte de ti.

Bien, si lo has conseguido, ya has dado el primer paso para alcanzar la maestría en la Cienorgasmología. Dentro de un mes, le harás un orgasmo nada más entrar en ella, en el primer empujón. ¿Es posible? Claro, ella ya se ha descondicionado del mete-saca, frota-frota hasta acabar, y ahora sabe que lo que le espera es una incógnita, un nuevo y quizá diferente océano de placer que le inunde, ya no tiene dudas, está entregada a ti y a lo que quieras hacerle, porque sabe que sabes.

Puedes probar otras combinaciones de toques, toques verbales y toques de pelvis, esto no ha sido más que un ejemplo redactado a vuelapluma y apenas revisado. En próximos capítulos os daré más claves para que podáis meter cien orgasmos en una hora, encadenárselos y alargárselos.